Mira que hablar de un tópico no deja de ser un tópico en sí mismo, pero resulta inevitable hablar de algunos que, cual proverbial boomerang, regresan uno y otra vez, como el culebrón de tarde. Pero no seamos injustos. El conceto "de tarde" suele asociarse a más cosas que al mero culebrón y seguro que hay algo más que nos acude a la mente, y ese es el docuemntal de la 2, ese ineludible amigo de la siesta que entretiene y relaja a partes iguales. Pero siempre hay documentales y documentales, yno me refiero a meras diferencias temáticas, sino a aspectos como la especracularidad o el punto de vista...y un buen ejemplo de documental en pantalla grande, que no en nuestra pequeña amiga de las sobremesas es Las estaciones.
Tras la casi eterna era glaciar el timepo cambió en el planeta Tierra y este se pobló con árboles y nuevos animales. Había llegado la edad dorada de los bosques y dutante siglos estos permanecieron imerturbables, asistiendo al continuo ciclo de la vida, estación tras estación. Sin embargo poco a poco los hombres empezaron a aumentar su espacio vital y a invadir los terrenos que anteriormente habían sido bosque, cubriéndolo todo con sus viviendas y cultivos, arrasando sus árboles para construir barcos y otros enseres y diezmando a los animales que habitaban en ellos. Esta es la historia de esta difícil relación entre el hombre y su hábitat y como todavía puede cambiar.
Narrada en la versión española por Elena Anaya la última película de los creadores de Océanos y la magnífica Nómadas del viento es una melancólica y ecologista reflexión sobre el devenir del planeta centrándose en el ecosistema del bosque del suroeste europeo.
Tras un arranque cuasi mítico, que nos remite a un planeta Tierra apenas sí poblado por seres humanos, la cinta dará paso a una bucólica parte central en el que el documental nos revelará con toda la belleza posible y unas impresionantes imágenes que consiguen sumergirnos en las escenas el esplendor de la naturaleza salvaje, si bien incide demasiado en su vertiente más enternecedoras (no faltan imágenes de cachorritos de distintas especies dignos de un calendario, del lobo al erizo pasando por las avecillas de pico abierto y apetito voraz) y deja más en el tintero la crudeza de la naturaleza misma, todo con una fotografía exquisita que sabe jugar con los cambios de luz y las contadas notas de color ajenas a los omniresentes tonos verdes y pardos del bosque, y una dulce banda sonora que combina muy bien con las escenas presentadas, algunas tan impresinantes como la del vuelo del ciervo volante.
Las estaciones es un documental hermoso visualmente, pero con una vocación más ética que educativa. No aprenderemos nada al recrearnos en el comportamiento de los pobladores del bosque, pero la película dará un giro en su ultimo tercio con la aparición del ser humano en la naturaleza, un ser depredador que tomará lo que le convenga y acabará con lo que considere una mera amenaza, y lo hará a través de unas breves recreaciones ambientadas en diversos momentos históricos (incluídas las trincheras de la I Guerra Mundial) en las que podremos asistir a como el bosque y sus habitantes sufrena a manos de los seres humanos y que, por muy loable que sea el mensaje que transmiten, chocan de lleno con el espíritu de la cinta presentada hasta el momento.
Increíble en el terreno visual Las estaciones es un docuemntal que debería ser disfrutado en la gran pantalla, y que consigue tanto hipnotizarnos (no faltarán esas impresionantes imágenes de vuelos de aves que ya son marca de la casa) como revolver nuestras conciencias llevándonos de la pata de nuestros "hermanos de planeta" de la edad de hielo al siglo XXI
Película de gran belleza y sensible mensaje Las estaciones se estrena el 20 de mayo en las salas españolas
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