¡A todo el mundo le da por cantar! Al séptimo arte no le bastan con musicales clásicos, óperas rock varias o películas de la Disney (ahí tienen Frozen en cuyos primeros minutos nos da la sensación de que los personajes no sabe n comunicarse si no es usando melodías), sino que además le gusrta regalarnos de vez en cuando alguna cinta que, sin ser un musical estricto (no encontrarán un número de baile ni por asomo), se ancla en el mundo de la enseñanza para compartir con nosotros toda una serie de interpretaciones...Sister act 2, la familia Bélier o por supuesto Los niños del coro son buenas muestras de ello, y la última llega en breve...hoy hablamos de El coro.
Stet es un niño con talento para el canto y serios problemas de actitud. Cuando su madre muere repentinamente su padre, un hombre adinerado al que nunca ha conocido y cuya familia desconoce su existencia, decide, por consejo de la directora de su colegio, inscribirle en un internado reconocido por su coro. Si bien es admitido en un principio por la importante suma pagada por su progenitor y los comienzos, con unos compañeros que apenas le aceptan y unas materias cuyas clases están ya muy avanzadas, son difíciles, Stet empezará a amar la música coral y exhibir una prodigiosa voz que harán que todo cambie en muchos aspectos.
Drama que podemos encuadrar fácilmente en ese subgénero de alumnos que comienzan a amar una disciplina que en un principio desconocen y cuya buque insignia es El club de los poetas muertos la película se aleja inicialmente de los territorios comunes del mismo con un protagonista que casi choca repentinamente con el mundo de la música (al que sin embargo no es ajeno como revelan los primeros minutos del film) debido a trágicas circustancias (al fallecimiento de su madre se suma la actitud de un padre que prefiere mandarle a una casa de acogida que revelar su existencia).
Con un protagonista con el que no cuesta empatizar, con carácter y sobre todo motivaciones muy claras, arropado por unos secundarios de auténtico lujo (Dustin Hoffman y sobre todo una Kathy Bates en su salsa, pero tampoco hay que olvidar los otros personajes infantiles entre los que destaca sobre todo ese divo con muy malas ideas, heredero de toda la tradición de saboteadores teatrales, llamado Devon...que peligro cuando tenga unos añitos más) El coro es una película que se mueve por todos los terrenos del cine sobre el mundo de la enseñanza, desde el prototipo del ptofesor severo pero justo al alma comprensiva, pasando por las novatadas y los exámenes, si bien se permite algún elemento trásgico de índole familiar, aspecto que tampoco nos es desconocido (esas solitarias navidades...en las que tampoco se incide en exceso).
Así nos encontramos una cinta bien elaborada, en la que no puede faltar escenas de particular belleza de esas que consiguen que, tal y como sucede con el propio protagonista, empaticemos con la rama artística en la que se centra la película (ese canto religioso en círculo en la capilla y su correspondiente descripción por parte de Hoffman...curioso el punto de que, a medida avanza el metraje empiezan a interpretarse composiciones cada vez más conocidas por el gran público rematadas con una variación de El Mesías) con una resolución lógica en la que sin embargo aporta el original punto de abordar el canto como un don con fecha de caducidad (cuando les cambie la voz por supuesto), lo que contribuye más a valorar sus (emocionantes) interpretaciones previas y darles un baño de melancolía.
El coro es una película que nos lleva a toda una serie de terrenos conocidos pero sabe aportar destellos de originalidad, beneficiándose también de un buen ritmo y unas buenas interpretaciones, con una estudiada carga melodramática pero sin regodearse en la tragedia (la muerte de la madre) y con bien situados puntos de humor, un drama bien hecho...y eso es algo no tan sencillo.
Eficaz drama de colegio con una excelente selección musical, El coro se estrena en las salas españolas el 9 de Octubre
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