Legos del Monigotorium

miércoles, 15 de abril de 2015

RUIDITOS NOCTURNOS

A veces las leyendas urbanas se hacen realidad. No, no se trata de nada siniestro: ni la chica de la curva ha sido avistada al estilo yeti ni se han producido una serie de horripilantes asesinatos cuyo único nexo común es un misterioso garfio, no...a veces la cosa es un pelín más mundana.
Hace unos cuantos años, cuando veíamos horrorizados como las gemelas Olsen se hacían cada vez más mayores dejando atrás su imagen de dulce bebé de la serie Padres forzosos y comenzando una fructífera carrera como actrices de cine familiar (de ese que se ve en las sobremesas de la primera), empezó a surgir una bromita de esas que hacen sangre, un rumor. Y este versaba sobre la tercera hermana Olsen. la única con auténtico talento de la familia, y que por ello permanecía oculta...hasta llegó a aparecer una viñeta en la popular revista satírica Mad en la que esta aparecía encerrada en el sótano (con cadena y todo) mientras sus dos malvadas hermanas la observaban desde lo alto de una siniestra escalinata. Y resultó que la broma era real al menos en parte, Hay una tercera hermana Olsen de nombre Elizabeth, tiene talento (y probablemente se forre a partir de la próxima entrega de Los vengadores) y protagoniza The silent house.
 Basada en la película uruguaya La casa muda (2010), dirigida por Gustavo Hernández, la cinta cuenta la historia de una familia compuesta por una joven, su padre y el hermano de éste. Cuando estos se disponen a restaurar una antigua propiedad sin electricidad y tan apartada que apenas si tiene cobertura una serie de ruidos y sucesos extraños les hace pensar que no están solos...y eso será solo el comienzo de una noche de pesadilla, en la que ninguno estará a salvo.
The silent house es una cinta que, frente al ya un poco manido found footage, opta por otro camino para aumentar la dosis de veracidad en un film que en el fondo se sustenta en unos cimientos más clásicos de los que pueda parecer en un principio. Hablo del (falso) plano secuencia, un recurso que ha adquirido mayor notoriedad a partir de la oscarizada Birdman (que ha hecho que hasta tu abuela,esa que no va al cine desde Ben Hur, conozca el término) pero que no es ajena en absoluto al género del terror tanto en momentos puntuales como en la práctica totalidad del metraje, como se pudo ver en la española Secuestrados, una continua sucesión de planos secuencia con ocasionales insertos de pantalla partida.
En este caso nos encontramos ante un único plano secuencia bajo el prisma subjetivo (aunuqe no tan estrictamente como en el reciente remake de Maniac) del personaje de Olsen, que nos lleva de la mano en una cinta de terror que parece cambiar esporádicamente de subgénero a medida que avanza, partiendo del escenario prototípico de la casa encantada (apartada, oscura y muy, muy siniestra) al terreno de los home invaders (alguien real parece acechar en torno a la casa) para pasar al cuento de fantasmas (niña inquietante incluida) y rematar en otro tema clásico, que empezamos a temermos más o menos a mitad de la película y que no desvelaremos aquí (no, no es que todos están muertos...pueden respirar con alivio), en una evolución efectuada con bastante limpieza.
Pero sobre todo se trata de un film cuyo núcleo es su joven protagonista, no sólo por el subjetivismo de la cinta (hecho acentuado tanto por su opción fílmica como porque en gran parte de la historia será el único personaje presente, en una película en que el resto aparece y desaparece a voleo o incluso apenas es vislumbrado por el espectador) sino porque nos regala un auténtico tour de force en el que Olsen se revela como una más que solvente scream queen cuya angustia es completamente lógica y real a lo largo de todo el desarrollo, transmitiéndola al espectador en toda su crudeza.
Fuera quedan sustos que ya conocemos de sobra:golpes inesperados, flashes que crean confusión, presencias inquietantes más o menos personalizadas y sorpresas que sacan demonios del pasado, pasando a veces muy ligeramente del horror real al terror sobrenatural, y a ocasiones con menos originalidad de lo que se podría presuponer pero es la interpretación de la heroina la que nos sumerge en el verdadero terror a través de sus ojos, dejándonos escenas tan inquietantes como la pesadilla que viv edebajo de una mesa de lo más común.
Una obra correcta con algún susto memorable pero que, lejos de su curiosa opción por el plano secuencia tampoco deja poso en el espectador.
 Para los que lo pasan bien viendo como otros lo pasan mal...no quedarán defraudados incluso cuando se invierten las tornas.

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