Desde que el cine es cine el conde Deácula nos ha dado algunos de sus mejores momentos, por eso no se hace raro que periódicamente vuelva a nuestras carteleras capa al viento y colmillo en ristre...la dosis llega ahora con título más propio de esas versiones de cuentos de hadas que se pusieron de moda hace algunos años en forma de Drácula. La leyenda jamás contada.
Partiendo de un Drácula pseudohistórico, príncipe de Valaquia padre de familia que al parecer ya no es lo que era ( como le dice uno de los personajes, se ve que ya no empala tanto como antes), nuesrra historia empieza como un culebrón de tarde de esos con la bastante pasta como para darle ambientación histórica. No, no es que su mujer ya no le quiera, es que tiene a los turcos a las puertas y estos le hacen unas demandas...que no puede satisfacer. Y encima a diferencia de ese Drácula de leyenda capaz de clavarle el turbante a la cabeza a cualquiera que no le saludase como es debido este pobre hombre encarnado por un Luke Evans que mantiene el tipo como puede (más centrado y con más mal rollo en la recuperablñe No one lives) se deprime y decide acudira a la diplomacia hasta que ve que esto ya no es posible. Con menos carga trágica que los primeros minutos de otro Drácula pseudohistórico, el de Coppola (que mira que ha dejado impronta el hombre), por mucho que se esfuercen sin embargo esta sigue siendo una de las películas de nuestro conde (perdón, príncipe) y no tardará en hacer un pacto con la entidad maléfia de turno para lograr los poderes necesarios para salvar a su pueblo (toma lavado de cara) que durará (ahí está la gracia, si es que casi parece la Cenicienta) 3 días a no ser que sucumba a la sed de sangre humana en cuyo caso estará maldito para siempre (aquí debería figurar una risa siniestra). Y así nuestro héroe se transmuta en una suerte de supervampiro capaz de cargarse un ejército el solo a nata limpia (eso sí, no importa cuanta gente mate siempre que no se beba si sangre...la maldiciones son así) pero que poco a poco verá como su pueblo huye de él al reconocer el monstruo en su interior y como literalmete se le acaba el tiempo...y creo que todos olemos a mitad de la película como acaba esto. Pero no se preocupen, eso no es todo. Sorprendentemente la película gana muchos enteros cuando más altas cotas de locura alcanza. Así tras hora corta de culebrón la película manda todo al cuerno y se convierte en una entretenida cinta de acción con ideas tan buenas como el ejército vampírico o una lucha final en la que la plata tendrá un papel muy importante. Sí, podían ahorrarse esos últimos cinco minutos que parecen anticipar secuela pero hasta el momento casi homenaje flojito a la Hammer nos ha dado un último tercio de película francamente entretenido de esos para ver sin prejuicios.
Para completistas de Drácula y amantes de las películas históricas bizarras..si se quedan con ganas de Dráculas pseudohistóricos de calidad no podemos dejar de recomendarles el inconmensurable cómic Drácula de Robin Wood y Alberto salinas editado aquí por ECC. Maravilloso.
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