Una película de ciencia ficción, un director de culto, un título con gancho...¿se puede pedir más? Viendo los resultados la respuesta no puede dejar de ser afirmativa...tras ver la cinta del maestro Mario Bava Terror en el espacio ( Terrore nello spazio o The planet of the vampires para los amigos)
Con un inicio que nos resulta vagamente familiar (puñado de astronauta se la pega en un planeta inhóspito y se enfrenta a una malvada raza alienígena), especialmente a raíz de cintas clásicas (posteriores, todo hay que decirlo, ya que el film que hoy nos ocupa es de 1965) como Alien la película nos remite a la ciencia ficción más añeja, con unos decorados y vestuarios cuidados pero que hoy nos resultan toscos (los pobres astronautas deberían llevar gafas de sol para soportar tanta lucecita, los uniformes bastante pulp -aunque enseñando menos chicha- y sin escafandra...), y unos diálogos que se esfuezan en ser "científicos", ricos en terminologías rebuscadas y justificaciones forzadas(esas reflexiones sobre la gravedad). Así nos encontramos con una obra que nos deja un alegre tufillo de de déjà vu, con sus escenas de acción pobremente coreografiadas, sus personajes de mínima profundidad psicológica (hay un amago en la relación entre los dos hermanos...pero de traca), sus planos chocantes (la cara de la astronauta y el charco de limo alienígena) y una trama que no dejamos de intuir en todo momento por donde avanzará, pero que sin embargo no deja mal sabor de boca, aunque sea por el cariño que inspira el género.Y es que eso sí, los últimos minutos y en especial su final, de esos con sorpresita incluída (que supuestamente deberían dar la vuelta a la lectura del resto del metraje) nos remiten a la edad dorada de series del estilo de La dimensión desconocida y le dan un puntito más interesante a una película que nada alegremente en las aguas del tópico en los albores de una época dorada para el fantástico, a solo tres años de la maravillosa El planeta de los simios.
Una cinta curiosa, para completistas...entretenida si no se pide en exceso...y a veces eso es lo único que se necesita, aunque depende del interés del espectador por este subgénero.
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