Meterse a criminal no suele ser una buena idea. Si dejamos en el tintero esos ladrones de guante blanco más cercanos a la figura de timador que de ladrón o atracador propiamente dichos, que mantienen sus manos impolutas de sangre y suelen salir glamourosamente indemnes el amante del delito de medio pelo raramente sale victorioso, y si lo hace es a costa de terribles padecimientos... cinematográficamente hablando, por supuesto.
La última fábula en adherirse a tan ejemplarizante subgénero es The owners. Presentando un grupo de jóvenes, con la incorporación a regañadientes de la novia de uno de ellos, que creen haber encontrado en el robo de la casa de un anciano médico y su esposa el fin a todos sus problemas económicos el plan adivinamos no se ajustará a lo esperado.
Con un respeto de manual a la regla de las tres unidades la película no renuncia a los tópicos en la caracterización del grupo criminal, haciendo que el espectador empatice antes con las víctimas que con los aspirantes a home invader. Al menos hasta ese plano de inflexión en el que vemos como el veterano galeno observa detenidamente la muñeca de uno de sus asaltantes, cuyo rostro está cubierto por una media pero que deja al descubierto algo tan comprometedor como un tatuaje, y que nos hace adivinar que guarda más de una sorpresa y quién tiene realmente el control de la situación.
Toques de gore, una pareja de ancianos que parecen familiares lejanos de los de La visita, guiños a clásicos como La matanza de Texas y una trama que nos recuerda remotamente a la muy recomendable No respires planean sobre una película vacilante, que se mueve entre thriller y comedia sin lograr un conjunto homogéneo. Sí encontramos un punto de partida que no por familiar deja de ser atrayente y una pareja de antagonistas ( los "owners" del título) que tiene momentos de antología, entre la fragilidad y el dominio. Menos memorable resulta el cuarteto protagonista, cuyo desconcierto ante la nueva situación intenta reflejarse en una cámara que se pierde en la acción, sumando confusión a una historia en la que no faltan elementos tan gratuitos como la presencia de unos insectos que buscan una inquietud que no logran.
Lejos de los nuevos clásicos The owners queda como una película para completistas, un entretenimiento que busca la sorpresa pero que nos recuerda poderosamente a otras que ya hemos visto...aunque una auténtica curiosidad para los fans de una Maisie Williams en un papel adulto lejos de esa Arya que le da fama.
The owners llega a los cines el 5 de marzo.
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