En una época en la que el turismo vive uno de sus peores momentos resulta curioso enfrentarnos a los tiempos previos a ese "boom" que ha logrado que España durante años haya sido uno de los destinos favoritos de los turistas. En ellos se ambienta Los europeos, una película cuya premisa, dos amigos que van de vacaciones a Ibiza a echar una canita al aire (justo en la época que se usaba la expresión), hemos oído mil veces, pero que aquí presenta un resultado muy distintos.
Lejos del cine de veraneo ligón de Landa y López Vázquez la película, que parece arrancar con cierto aroma satírico al chocar los mundos de turistas locales e internacionales, está cinta poco a poco se adentra en el campo del drama romántico cuando uno de los dos compañeros conoce a la que puede ser el amor de su vida.
Pero a pesar del componente sentimental Los europeos se mueve más en los márgenes del film completativo, sin llegar a agitarnos con sus emociones pero deleitándonos con una Ibiza previa a las fiestas de blanco y las discotecas de madrugada de auténtica postal. Unos cuidados dirección artística, vestuario y fotografía que acaban devorando una trama que se acaba diluyendo en la melancolía, con su marinero casi filósofo y sus enamorados de ambiguas emociones. Eso si, es innegable que los aspectos más costumbrista de la historia ( el ladrón de almendras, el "pase torero"...) consiguen regalarnos algunos de los mejores momentos de una cinta en los que el reflejo de costumbres devora a la sátira.
Película sobre el descubrimiento y la pérdida se aleja a medida avanza de la acidez que creíamos adivinar en un guión basado en una novela de Azcona. Una obra que se pierde en sus plásticas imágenes mientras los sentimientos no llegan a calar.
Los europeos llega en exclusiva a Orange el 31 de agosto.