Legos del Monigotorium

jueves, 27 de abril de 2017

EL ESTRUENDO DE LOS CORDEROS


El miedo a las casi infinitas posibilidades de la tecnología siempre ha parecido un patrimonio de la ciencia ficción más clásica pero referentes como Network. Un mundo implacable llevan años probando que este inquietante motivo no se da solo en un futuro muy lejano sino que se ha convertido en un presente muy cercano, y eso ya sin meternos en terrenos más pantanosos como el terror en el que cintas (y nunca mejor dicho) como Kairo y Ringu han dado el do de pecho.
Dentro de este "podría ser mañana" (y casi podríamos aventurar esta misma tarde) llega El círculo, un thriller de esos que invitan al debate de la mano de una joven, Mae, interpretada por una Emma Watson en un rol de esos a los que ya nos acostumbrado de chica resuelta con más de un as en la manga, que consigue el trabajo de sus sueños en una poderosa empresa de gestión de datos de internet (El círculo del título) y que descubrirá poco a poco los demonios que oculta tras una fachada de postal.
Cine sobre la manipulación del individuo y de las masas la película no vacila en meternos en la trama a través de un tópico, el de alguien joven y entusiasta (aunque presentado con esas características perfeccionistas y "maduras" que le impulsan a responder una entrevista de trabajo perlas como que lo que más miedo le da es el potencial desaprovechado) que empieza a trabajar en una gran empresa que puede suponer solo el primer paso para una vida mejor (y en un comienzo por supuesto lo es, como en los aspectos relativos a la enfermedad que sufre el padre de la protagonista, una de las últimas oportunidades de disfrutar del trabajo del tristemente desaparecido Bill Paxton) para presentarnos un clima muy cercano al de las sectas (un mundo al que ya se enfrentó Emma Watson recientemente en la curiosa Colonia), un entorno en el que a través de una cara amigable todo el mundo se vuelve un vigilante para todo el mundo en medio de una engañosa sensación de bienestar y libertad.
El círculo es una película que conoce muy bien las cartas con las que juega, con referentes tan populares como ese carismático Tom Hanks que no esconde en sus raíces figuras como la de Steve Jobs (jersey de cuello alto incluído), compañías como Google o Pixar (ese gran campus en el que entre trabajo y trabajo se puede hacer literalmente de todo) o, ya en otro orden de cosas, la imaginería fascista (la omnipresente C que encontramos desde en una camiseta hasta en una bandera), y un inteligente uso del color que se permite paletas más apagadas en los momentos más dramáticos e íntimos (la conversación en los lavabos) frente a la brillantez del rojo y el azul que predominan en los pasillos del círculo y sobre todo en los grandes encuentros de los trabajadores, e incluso se permite jugar con ellos en escenas como aquella en la que asistimos atónitos al desenlace de la sesión de prueba de la red de búsqueda de personas (y en la que podemos ver como a medida se aprosima el fin de esta el color, en especial el del jersey de Mae, parece apagarse, así como de la puesta en escena (con algunas tan poéticas como aquella en la que en plena oscuridad todos los asistentes encienden sus móviles).
Una película bien planificada y con buen sentido del ritmo que sabe enganchar poco a poco a un espectador que si bien no se enfrenta a un territorio desconocido sí se encuentra con una trama de plena actualidad que consigue resultar escalofriante (para muestra la conversación sobre la solución para evitar las desapariciones de niños o aquella en la que dos veteranos invitan a Mae a unirse a las redes de la compañía) con la actualidad que entraña (por no faltar no faltan ni los drones) y que no puede evitar abandonar el cine, aunque quizás su resolución le resulte algo abrupta, con ganas de hablar del aterrador presente que muestra...aunque no sabemos si hasta el límite de evitando las redes sociales.
El círculo llega a las pantallas españolas el 5 de mayo.

miércoles, 26 de abril de 2017

ALIENS PARA TODOS

Por ser de abril el 26...para todos ¡Feliz Alien Day!

lunes, 24 de abril de 2017

BIENVENIDO AL NORTE

Resulta inevitable pensar en otro éxito de la filmografía italiano como es Bienvenidos al sur (que por otro lado era un remake de la francesa Bienvenidos al Norte...y si me apuran hasta la estela de 8 apellidos vascos y su secuela) a la hora de enfrentarse a la ciomedia Un italiano en Noruega, la historia de un funcionario de provincias que tras una reforma del sistema se niega a renunciar a su puesto, motivando que sus superiores para forzar su dimisión le trasladen a las más variopintas ocupaciones y ubicaciones (la palma el puesto de guarda en la valla de Lampedusa...dejando pasar solo a los inmigrantes que demuestren su maestría jugando al fútbol) hasta que da con sus huesos en la fría Noruega del título, donde encontrará el amor.
Con un llamativo y exótico arranque, que pone a nuestro héroe frente a una tribu de peligrosos indígenas que le exigen que se convierta en el narrador de su propia odisea para demostrar si es digno de seguir con vida, la película centra su humor en su visión entre crítica y paródica de todo el sistema de funcionarios y burocracia para añadir a la mezcla tras el primer tercio de la cinta los fuertes contrastes entre Italia y un país, tal y como lo denomina el protagonista, civilizado como Noruega, forzando gracias en parte a la magia del amor en el protagonista toda una metamorfosis que sin embargo no durará mucho tiempo.
Quo vado?, título original de la cinta (que podrámos traducir como ¿Donde voy?). no podrái calificarse exactamente como una comedia original. con sus gags sobre funcionarios vagos e italianos con tendencia a montarla bien gorda en un atasco (frente a los más pacíficos noruegos), pero también es una cinta que sabe jugar con un buen sentido del ritmo. unos personajes simpáticos (desde su protagonista, con más cara que espalda y un optimismo casi a prueba de bomba, a la doctora que acaba hasta siendo digna de látima) y alguna línea de diálogo memorable (la referencia a Dumbo), una película que sabe jugar con los tópicos en su propio terreno (esa aurora boreal con los colores de la bandera italiana y sobre todo el motivo que forzará la añoranza de su tierra en el protagonista...y que dejaremos que descubran por si mismos) incluso cuando se sale de sus propios márgenes pasándose al género musical (la canción del chico italiano y la de la I República).
Un italiano en Noruega es sencillamente la romántica historia de un hombre y su puesto de trabajo contada con buen humor, una película que sabe arrancar carcajadas casi en cada instante a pesar de la continua sensación de estar asistiendo a una trama que ya conocemos, pero que consigue mantenerla a raya con un argumento sencillo pero bien hilado que hace que el espectador nunca pierda del todo su interés, una divertida comedia que podrái haberse contado de la misma manera hace un par de décadas y podría contarse igualmente dentro de otras dos pero logrando el mismo resultado:una sonora carcajada.
Un italiano en Noruega, de gran éxito en su país de origen, llega a los cines españoles el 28 de abril.

jueves, 20 de abril de 2017

MOMENTOS ESTELARES EN LA INTIMIDAD

Stefan Zweig es de esos autores que en frío suele resultar más conocido pr su nombre que asociado al título de una obra concreta pero aun así en un primer momento puede resultar llamativo leer su nombre en el título de una película. Esta sorpresa inicial para el espectador se vuelve otra, agradable, en forma de Stefan Zweig. Adiós a Europa.
Si bien ese "adiós a Europa" que corona la traducción de esta biografía del autor austriaco parece hacer eco de las muchas sombras que visitan diariamente diarios e informativos es la terrible aura del nazismo la que sobrevuela este atípico biopic en forma de breves capítulos de abrupto final que nos llevan a conocer el conflicto moral e intelectual de un hombre que veía impotente como se derrumbaba el mundo que había conocido.
A través de seis años y en tres paises la película nos lleva de los fastos de las reuniones multitudinarias de intelectuales a la pequeña casa en Petrópolis (Brasil) en la que el escritor uso fina sus días para contarnos como un hombre que no pretende involucrarse más allá de lo necesario mientras corre 1936 se ve atrapado a pesar de los miles de kilómetros entre él y su país de origen or un mal que empieza a hacer mella en sus familiares y amigos, y que va a condicionar profundamente su existencia.
Asistimos a una propuesta que tiene elementos para acercarse a la desnudez documetal, como la ausencia de música extradiegética (toda la que escuchamos de principio a fin se justifica por su interpretación en escena) o los catteles con la fecha y lugar de cada fragmento de la misma, pero que hace gala de una cuidadísima puesta en escena no solo a través de sus acertados vestuario y dirección artísitca (con el contraste entre grandes mansioes y viviendas más humildes en Estados Unidos o Brasil) sino gracias a sus excelentes encuadres (la casi simétrica) conversación del protagonista co su exmujer), algunos de gran originalidad y belleza (la carrera de caballos), esecialmente cuando juega con el plano fijo como en ese último y desolador episodio que, jugando con la ruptura de la cuarta pared nos introduce en la escena a través del espejo de un armario, y que resulta sencillamente magistral.
Stefan Zweig. Adiós a Europa resulta una compleja mezcla de géneros. por una parte la biografía de un escritor del que apenas nos dan notas sobre su labor artísitica (sí hay referencias a su afán de escribir y a la planificacióny críticas recibidas por sus obras, pero es un asunto en el que la cinta apenas ahonda), por otro una visión de la II Guerra Mundial desde la periferia del conflicto (aunque sin referencias a hechos o fechas concretos) y por último un eficaz drama que sabe moverse entre lo público (el discurso en el foro de escritores) y las intimidad (como la deliciosa escena en la que Zweig descubre su regalo de cumpleaños), entre lo trascendente y lo anecdótico. Una película que en su arranque y en algunos momentos puede resultar algo más espesa, e incluso de espíritu frío (las primeras declaracines de Zweig a los periodistas) pero que a medida que avanza su trama logra meternos en la angustiada piel de sus protagonistas hasta un desenlace tan impactante como descorazonador.
 Stefan Zweig. Adiós a Europa llega a las pantallas españolas el 21 de abril.

viernes, 7 de abril de 2017

ARROGANTES Y EXQUISITOS

Por mucho que nos lleguen cintas como la todavía fresquita Orgullo, prejuicio y zombis el amante del cine todavía se resiste a alejar el cine de ambientación histórica del género del drama, y más a la hora de enfocar el arco entre finales del XVII y las dos rimeras décadas del siglo XX (con esa salvedad que es la época victoriana y que gracias al suspense y el terror se alza casi como un subgénero en sí misma) Sin embargo unas cuantas películas se atreven a cruzar la barrera y cuando lo hacen muchas veces lo hacen por el lado más convencional como Emma. Francamente ese no es el caso de la surrealista La alta sociedad (Ma Loute).
Ambientada en una pintoresca playa francesa en el verano de 1910 la cinta deja desde el principio  muy patente su carácter de comedia atípica, presentando una premisa propia del thriller (la desaparición de varios turistas) que sin embargo, y tras resolver también casi desde su comienzo el misterio, al menos para el espectador, dará pie a una trama bufa cuyo eje es la historia de amor entre una aristocrática visitante y el joven hijo de una familia de mariscadores, ambos con su propio secreto.
Sus personajes, tan descontrolados como una historia cuya resolución parece menos importante que el asistir al caótico desarrollo de la misma, se mueven entre la caricatura (esos dos detectives que, a pesar de las diferencias morfológicas, parecen parientes cercanos de Hernández y Fernández, atuendo incluido) y la parodia (los ademanes de esa clase alta que, aun estando de vacaciones en la playa, es capaz de pagar para ser transportado en brazos y no mojarse los pies), con unas interpretaciones histriónicas (la palma para el cabeza de familia Van Peteghem que en sus desplazamientos nos recuerda al televisivo Pozí) que aunque en algún momento nos pueden resultar repetitivas si consiguen arrancar la carcajada, marcando las abultadas diferencias entre los habitantes de la bahía y una caterva de visitantes acomodados que marcando que "no son como ellos" se dedican literalmente a alucinar con cualquier elemento del paisaje y cualquier actividad cotidiana.
Una película con unas cuidadas puesta en escena y fotografía que no desentonarían en una película de carácter más serio, pero puestos al servicio de una comicidad que tiene muy claro en que época se mueve con escenas tan cómicas como hermosas como el choque de los barcos...en tierra.
La alta sociedad es ante todo una comedia, sí, pero una comedia que no renuncia en ningún momento a los tabús (esos caníbales cuyo método de caza es literalmente el golpe de remo, y ese solo es el primero de la lista) ni a sucesos que pueden calificarse directamente de milagrosos (la levitación, algo menos místico de lo que parece en un primer momento), con un espíritu que en ocasines nos pueden recordar remotamente a los Monty Python si bien sus gags son menos redondos y su ritmo se ralentiza en numerosas ocasiones (a veces por la repetición de estos mismos gags como los avances por la playa del inspector Machin como si de una croqueta humana se tratase). El resultado sin embargo es uno de los más originales estrenados este año junto a cintas como Swiss army man, una cinta bizarra que aunque su desenlace nos pueda resultar forzado deja un sabor de boca agradable y la oportnidad de ver a una estrella como Juliette Binoche, recientemente vista en Ghost in the shell, dejarse llevar hasta límites insospechados.
La alta sociedad (en algunos países también traducida como La bahía) llega a las antallas españolas el 21 de abril

martes, 4 de abril de 2017

RETRATOS SALVAJES

A veces resulta difíciñl recordar cual es la primera película que uno ha visto en su vida de determinada nacionalidad o género pero en el caso del cine argentino mi primer recuerdo siempre va asociado a la proyección en clase, cuando todavía iba al colegio, de Un lugar en el mundo, una cinta cuya trama, independientemente  de su calidad, no me enganchó (tal vez fuera la inmadurez....la verdad que suponía una elección más que curiosa), pero que mostraba unos impresionantes parajes naturales. Salvando las distanciassu recuerdo ha retornado brevemente al ver Nieve negra
La cinta tiene todos los ingredientes de un drama de raíces clásicas: una herencia envenenada, odio entre hermanos, un oscuro secreto del pasado...factores que se mezclan pata dar lugar a una trama de esas que anuncian casi desde su primer fotograma una sorpresa a la hora de enfrentarnos a su desenlace (e incluso permitiéndose romper por un instante la cuarta pared) y cuya clave empieza a desentrañarse desde antes incluso que la pantalla de a conocer el título de la película, a través de unos flashbacks cada vez más extensos que revelan que el pasado de sus protagonistas puede ser todavía más oscuro que su propio presnte.
Sin embargo su trama es más sencilla de lo que puede parecer en un primer momento, e incide en exceso en matices que en realidad, no lo precisan, sin lograr arrastrar a un espectador que, sin embargo sí puede conectar más gracias a su interesante y más cuidada puesta en escena, capaz de crear un hermoso y claustrofóbico entorno, el de una cabaña en medio de un inclemente bosque que parece perpetuamente cubierto por la nieve y en el no faltan los animales salvajes, y que nos presenta imágenes tan bellas como la de Laura descubriendo por primera vez los cuadernos de Sabrina (con ese detalle de la cortina de tonos rojizos que parece conectar con los dibujos), haciendo que en gran parte de su metraje destaque el continente por encima del contenido.
Nieve negra nos regala las interpretaciones de los que son actualmente las estrellas má brillantes del cine argentino, pero ni su labor ni su carisma levantan un producto previsible, que incluso intenta jugar con el espectador con alguna revelación pretendidamente sorprendente (le confesión sobre la mano, el hallazgo de la nota...) de última hora. Sí, la cinta parece dar pie para un gran duelo interpretativo que no llega a dar su do de pecho (para otro día dejanos el papel de su protagonista femenina, una bisgra entre ambos que parece difuminarse a pesar de su peso en la historia), dejándonos un conjunto irregular, con algún momento interesante y un bello acabado, pero que no acaba de calar en un espectador que quizás se interne en esta historia de amoy y odio con demasiadas expectativas.
Nieve negra llega a las pantallas españolas el 12 de abril.

EL ABUELO NO TIENE UN PLAN

Pasarán los años y seguiremos disfrutando de dramas sobre la gente de a pie de maestros como Ozy y Kurosawa pero si somos sinceros nuestra imagen mental de la familia típica japonesa es más heredera del mundo de la animación que otra cosa, de esas caricaturas que invitan a la carcajada pero que en ocasiones también dejan espacio para el sentimiento como las que pueblan series como Doraemosn, Shin-chan y otras del ramo. Ante los ojos de este espectador occidental al que probablemente esto le resultará familiar llega a nuestras pantallas Maravillosa familia de Tokio, del veterano director Yoji Yamada y con el lujo añadido de una banda sonora firmada por Joe Hisaishi.
 Comedia costumbrista sobre una familia cuyas tres generaciones habitan bajo el mismo techo la película plantea con humor como la cotidianeidad de esta se derrumba cuando la abuela pide a su marido como regalo de cumpleaños que este le conceda el divorcio, justo cuando el hijo menor está a punto de presentarles a la que será su futura esposa.
Profundamente anclada en el carácter nipón, de modo que el comportamiento de sus protagonistas puede resultar en ocasiones al menos llamativo (el azoramiento del guardia al descubrir a la pareja abrazándose, el comportaminto de la esposa del hijo mayor, que en alguna ocasión parece más una criada que otra cosa...y por supuesto esa excesiva dificultad a la hora de expresar los sentimientos a la propia famila), sin perder nunca de vista los referentes clásicos (el guiño final a Ozu) la película sabe presentar unos personajes profundamente humanos llenos de matices aun cuando tiran hacia extremos más caricaturescos (el cuñado metepatas) o tópicos (la joven pareja, comprensiva y amable hasta extremos poco creíbles) que ayudan, con unas interpretaciones que saben ir de la contención al clown, a que el espectador se sumerja en una trama que tiens mucho de teatral, con un humor que bebe principalmente de los diálogos pero que también deja lugar para unos elementos slapstick que a veces no pasan del segundo plano (el balón del pilates, la tetera...).
Pero sobre todo Maravillosa familia de Tokio es una cinta chispeante, divertida, de esas que saben hacernos reir pero también emocionarnos con un argumento que deja una impronta terriblemente optimista en el espectador, con personajes tan memorables como esa abuela que parece guardarse todo dentro (del malestar a la felicidad que le embarga, en un momento por otro lado muy difícil para ella, cuando su nieto le llama desde el partido) incapaz de subir la voz o salirse de tono incluso cuando recrimina el dolor que siente, y una historia sencilla pero que consigue atraparnos hasta el final, consiguiendo que la sonrisa permanezca en nuestra cara tiempo después de haber finalizado la película.
Maravillosa familia de Tokio llega el 5 de mayo a las pantallas españolas.