Legos del Monigotorium
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martes, 8 de noviembre de 2016
BOLA DE KARMAMELO
El destino. Un concepto tan abstracto como rico cinematográficamente hablando que ha dado mucho de sí tanto para majestuosas epopeyas como para cintas de superhéroes y que hace invariablemente que más de un protagonista se vuelva loco a la hora de evaluar su particular futuro (y si no ahi tienen a un tal Neo pensando si elige la pastilla toja o la azul por mucho que una tal Oráculo descoloque sus asuntos, o cierto niño con gafas y un rayo en la frente), Y por dar da hasta para comedia como sucede con No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.
Las cosas no van para Sara como habia planeado su vida. Su negocio de complementos hechos con plumas va abocado a la ruina, su novio se marchó a Paría hace un año y no ha vuleto desde entonces y para colmo sus padres estás aun paso de divorciarse. Pero las cosas todavía pueden empeorar cuando su padre y su hermana se mudan a su casa, acompañada esta por su prometido, que resulta ser el amor platónico de Sara en el instituto. Ante este presente que Sara achaca a un mal karma acumulado en otra existencia sin embargo parecen abrirse paso dos rayos de esperanza ante una asombrosa proposición de una amiga y la noticia de que su novio vuelve a Madrid para contarle algo que solo puede decirle en persona...eso si el karma no lo impide.
Ambientada en un céntrico Madrid al que la cinta sabe sacar su mejor cara No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas (me permitirán que desde este momento abrevie a un más conciso No culpes al karma...), basada en la novela de Laura Norton, es una comedia contada en primera persona por su neurótica protagonista, una chica soñadora que en vez de tener días malos parece tener meses enteros, y cuyo reencuentro con el que fue su objeto de deseo en la juventud, unido a otros inesperados sucesos, va a poner en jaque toda su vida hasta el momento.
Con una protagonista digna heredera del rol de patito feo pero con envidiable carisma la película parte de unos derroteros típicos de la comedia romántica con un triángulo amorosa que se amplía hasta los límites de pentágono (sumando protagonista, novio, amor platónico, hermana y amigo guiri...no pregunten como,dejaremos que lo descubran en los cines) con un cariz más romántico que sexual, para poco a poco ir desvelando como lo que nos parecía un terreno conocido puede tener una resolución ligeramente distinta a través de caminos que nox parecían menos probables, aumentando ligeramente su originalidad en su tramo final frente a un trayecto que ya considerábamos trazado.
Pero No culpes al karma es ante todo una buena comedia tanto en forma de diálogos como de gags visuales (el sexo vía skype...) de la que lo mejor son sin duda sus actores, tanto protagonistas como secundarios, todos acreedores de su pequeño momento de gloria en una cinta que a pesar de su marcado protagonismo sabe adquirir un buen desarrollo coral, con unos personajes que están en su salsa en sus (a veces muy) locas andanzas, y que sabe conectar con el espectador de una película que, si bien nos deja una ligera sensación de déjà v respecto a otras cintas recientes como Requisitos para ser una persona normal) sabe crear un divertido resultado, con buen ritmo y una historia de esas pesimistas pero con un halo optimista fomentado por su particular dirección artísitica, y que logra hacernos pasar un rato francamente entrerenido mientras asistimos a las tribulaciones de una protagonista de esas que se sienta en un pajar y se clava la prototípica aguja.
Fresca comedia de cuidada puesta en escena No culpes al karma se estrena en las salas comerciales el 11 de noviembre
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