Desde que allá en los albores de la humanidad moderna a una pareja de jovencitos soñadores se les ocurriera que un personaje con fuerza increíble, capacidad de dar grandes saltos, aml café y un atuendo digno de un fenómeno de circo era todo un filón a explotar, siempre ha habido algo que ha chirríado en los más oscuros recovecos de la mente humana respecto al concepto de superhéroe. Con un look más o menos hortera pero siempre con asombrosas habilidades los superhéroes han constituído una inagotable fuente para la chanza, tento voluntaria como involuntariamente y ahí están personaejs tan variopintos, del cómic a la pantalla, como SuperSonic Man, Deadpool o Pafman para demostrarlo.
La última piedrecita para aumentar la montaña ha llegado de la mano de las siempre geniales sesiones de Trash-o-Rama, en esta ocasión y casi coincidiendo con el estreno de la última marvelada, Ant-man, dedicado a los superhéroes, una auténtica gozada para fans y no fans.
Tal magno fasto se inició con la hongkonesa Inframan, conocida en algunos lares como SuperInframan (lo que todavia resulta más comfuso).
Inserta en tradición ancestral de héroes orientales más o menos robotizados que se zurran con seres de otro planeta o dimensión con variopinto aspecto en la que se inscriben personajes como Mazinger, Ultraman o el inefable Ultrahéroe de la serie Shin-chan, la cinta nos presenta a un luchador de injustificable nombre (¿inframan?¿cual debería ser su poder? ¿subirle la moral a la gente haciéndoles sentir superiores?) que, alterado fisicamente para obtener increibles poderes (entre los que se encuentra volar cuando no viene a cuento) por un inteligentísimo científico de esos de bata y pipa, luchará para salvar a la humanidad de un una malvada princesa demoniaca que pretende tomar el planeta con la ayuda de su cohorte de monstruos, entre los que se encuentra la madre de uno de los bichos de El laberinto del Fauno (vean sus manos con ojitos), el cuñado secreto de Groot, un bicho verde que se mueve más que el neng de Castefa y una suerte de mojón con cuernos que responde al nombre de brico mutante y que probablemente sea el de mayor carisma de toda la película.
Con apabullantes escenas de acción en las que, por supuesto, no faltan los masillas de turno, un cruce entre esqueleto gorderas y toro mihura, diálogos absurdos y villanos que se ríen más que si se hubiesen metido algo (cosa que quizás hayan hecho), la película es una auténtica sucesión de peleas adornadas con pirotecnia clásica y diálogos de chichinabo, incluso en los momentos mñas profundos (de traca el del profesor y su hija), intercaladas por numerosos planos de su protagonista convfirtiéndose en Inframan (hasta la naúsea), ya que al parecer, y todavía no sabemos por qué no puede mantener su aspecto superheroico todo el tiempo.
Una delicatessen que no desentonaría en ninguna temporada de los Powers Rangers, con sus monstruos que crecen hasta el infinito y sus secundarios de bizarro espectro, de los monstruos propiamente dichos a la abofeteable cría que casi le copia el look a Heidi, con la diferencia de que esta es muchísimo más divertida, haciendo pasar un rato inolvidable.
Y para rematar la cinta de larguísimo nombre conocida como Spiderman Turco
.
Inclasificable despropósito que sumar al universo Spiderman (con perlas que van de las redes de pescador de algún telefilme yanqui al bailoteo del Peter Parker dominado por el simbionte de la tercera entrega de la saga Raimi) la cinta es en realidad una trama digna del cine negro de andar por casa en los que los heroicos Capitán América y El Santo (sí, sí, el luchador mejicano) se enfrentan a un diabólico Spiderman, cuyos poderes arácnidos se limitan a corretear como una niñita por los tejados (y no muy altos, ojo) que se dedica al contrabando de obras de arte tras asesinar a sus propietarios.
Partiendo de la caracterización de este Spiderman, villano para más inri, en rojo y verde (cual adorno de Navidad) al que se le ve el flequillo por los agujeros de la capucha, la película no deja nada en el tintero con luchas acrobáticas (el Capi es más ágil que el hombre araña, ojo), bizarras muertes (en las que no falta ni homenaje a Psicosis), delirios surrealistas (las imágenes de títeres en medio de la escena sexual...¿es un tipo de censura?¿un homenaje a Jiri Trnka?¿Product placement?¿una metáfora guarrilla?), stripteases de autor y mucho más, todo ello coronado con una bizarra lucha final, un auténtico tour de force, en la que el Capitán América luchará contra numerosos Spidemans, uno tras de otro, en un increíble giro argumenteal que hará que nos planteemos si realmente son uns franquicia de la Hydra original.
Una auténtica marcianada con más giros que personajes y que nos ha dejado algunos de los mejores momentos de las últimas Trash-o-Ramas, y que ningún fan acérrimo de Spiderman debería ver.
Y con una sonrisa de sandía de oreja a oreja concluyó esta ya quinta sesión...al parecer se tomarán una pausa en verano para volver en septiembre con más fuerza. No importa la elegidas para la próxima...ya lo estamos deseando.
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