Legos del Monigotorium

miércoles, 4 de marzo de 2015

SOMBREANDO

Sabéis lo mucho que gusta en Monigotorium el terror en todas sus vertientes: moderno, clásico, en cine , en libro, en cómic, con humor negro, con monxtruo, con psicópata, a lo zombie...etc...pero hasta aquí tenemos nuestros límites y nuestro corazoncito...por eso ha llegado el momento de enfrentarse a la última frontera, a ese horror inenarrable que encoge el cerebro y asfixia el corazón y que, para nuestra fortuna, deja sólo un mero poso que se desvanece con rapidez, si bien esperamos no deje rastro oculto en nuestra psique...porque en el fondo, y por su peso mediático (que después de su visionado se hace todavía más inexplicable) teníamos que hablar de ella, hoy toca 50 sombras de Grey.
Como seguramente ya sabrán los que hayan leído la novela (porque imagino que será fiel a su origen, pero no estoy dispuesta a comprobarlo) la cinta cuenta la historia de Anastasia Steel (menudo nombrecito...la autora debe ser fan de Pierce Brosnan desde sus inicios), una candorosa estudiante de filología inglesa con pocas luces (ahí hay un par de maromos que le tiran los tejos ocasionalmente sin que ella acabe de pisparse) que conoce al millonario Christian Grey al entrevistarle sustituyendo a ana compañera de clase. No tardará en surgir el amor, pero mientras ella desea una relación de paseos al atardecer y cenas en familia él quiere añadir sal ( o más bien pimienta, eso sí, de la que pica poco como veremos a lo largo del metraje) arrastrándola al mundo de BDSM, el sado para los amigos, en el que él es el amo (de terminología, ojo). Así comenzará una de esas debacles, que en otros términos (y bastante más tapados) ya hemos visto en numerosos culebrones de tarde, en la que con ligeras concesiones por parte de cada uno ambos intentan arrastrar al otro a su propio terreno (yo te dejo que me des unos cachetes porque me has prometido ir a cenar y al cine...sí, sí así como lo oyen) con la particularidad de que él desea que ella firme un contrato en el que se detallan todas las condiciones y prácticas que podrán llevarse a cabo durante las sessiones más extemas...que imagino han dejado para una segunda parte que, visto el éxito, ya debe estar más que asegurada. La cinta tenía un aura rica en morbo antes de su estreno pero la película que nos hemos encontrados no deja de ser una tópica cinta romántica, de esas en la que una muchacha más bien inocentona conoce a un hombre de mundo (nos queda muy claro desde el primer momento: él un hombre organizdo que vive en un mundo terriblemente aséptico, ella una infeliz a la que su familia deja tirada el día de la gaduación y, literalmente, le roban la comida de la boca, pero que es muy comprensiva) que la hipnotiza con su encanto y la lleva a un mundo que no ha conocido hasta ahora (que lo mismo podría ser el sado que el estudio de la filatelia), en la que no faltan momentos pretendidamente románticos (el viaje en helicóptero, el momento en que él la lleva a su habitación en brazos tras una sesión...), pero también haciendo que él haga cosas que nunca habría hecho con otra mujer (la traca, cuando mantienen su primera relación a la manera "clásica" porque él "nunca duerme con nadie", y además como indica en uno de los numerosos diálogos risibles que tiene la cinta afirma que no hace el amor, él F****, literal), mecanismos quje la acercan al menos formalmente al romanticismo más que al cine de acosadores y psicópatas (La sombra de Atracción fatal es alargada) al que sin duda se aproxima, con un hombre que, incapaz de mantener una relación normal (pobrecito, es adoptado por millonarios...Batman estoy segura tendría una opinión al respecto), se centra en un control de la persona pretendidamente amada, a la que ojo, intenta imponer su modo de vida (no hablo sólo del contrato, sino de cuando aparece de repente cuando está de fiesta con sus amigos y casi sin más se la lleva a casa y le pide que no beba más, o cuando tras regalarle un cochazo y sin pedirle permiso le vende el viejo sin perdirle ni permiso), y encima ella se deja llevar... a mí me da la sensación de que bajo un aura de faalso sueño romántico estamos tirando décadas de liberación de la mujer a la basura, y esto es una opinión extracinematográfica. Nos encontramos ante una película que si bien tiene una dosis de desnudos parciales y escenas de sexo, pero mucho más light de las que se hubiese podido preveer en un comienzo (hay tenemos un montaje rico en primeros planos muybreves...en el caso de su primera relación al gusto del caballero, y al ritmo de una versión de Beyoncé, casi tenemos un videoclip pero con menos morbo que los que hacía Madonna en su juventud), que linda más con la comedia bufa (hay réplicas que no tienen precio como las de la lectura del contrato o escenas como aquellas en las que el toca lánguidamente el piano tras el sexo o esa en la que tras conocerse él va al trabajo de ella, una ferretería, y empieza a adquirir artículos que no desentonarían en una sesión de bondage... pero cuyo uso ella en su inocencia ignora) a pesar de pretender dar un aspecto elegante al film con una fotografía en ocasines muy cuidada (el contraste entre el luminoso apartamento y la más tenebrosa "sala de juegos"). En definitiva una obra que amén de no tener un rumbo, género ni ritmo fijos, no posee ni la mitad del morbo que parecía ser su marca, dando más para risita tipo colegiala que otra cosa...una película que rogamos sólo vean bajo su propa responsabilidad y nunca antes de conducir maquinaria pesada.
 Rogamos que todos los que quieran ver una cinta de corte erótico o tintes pornográfico acudan a los cásicos del género (El Imperio de los sentidos, Interior de un convento...) o la todavía reciente, pero con una taquilla y distribución mucho menor. Nymphomaniac...si es que hasta el cuento de la liebre y la tortuga daba más de sí...

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