Legos del Monigotorium

lunes, 3 de noviembre de 2014

HURGANDO EN LA BASURA

Cuando los astros se unen en una particular danza cósmica y los planetas se enzarzan en una conjunción que proyecta una inquietante sombra sobre la galaxia sólo pueden producirse fenómenos que desafían a las más profundas dimentsiones de la mente humana y su concepción del tiempo y el espacio...o para caso particular el Trash-o-rama Halloween edition que tuvo lugar el pasado sábado en la sala Artistic metropol.
Tras la proyección de Halloween 3. Season of the witch (la entrega de la saga en la que Michael Myers sale solo dos segundos vía televisiva) y la apoteósica presentación en la capital (la primera tuvo lugar en Sitges) del Manual de supervivencia para cinéfagos (obra de cabecera que ya tardan en adquirir) a la que acudieron un buen número de los intelectuales cinematográficos de este país que también han prestado su pluma a esta imprescindible publicación (aunque muy probablemetne no sean esos que tienen en mente) cuya portada e ilustraciones se han forjado en este, vuestro Monigotorium, comenzó la proyección de la mano de Oso y Cacaman (vestidos para la ocasión de ..¿Fu Manchú y cacazombie? respectivamente).
La veda se abrió con El gorila ataca
Producción coreana con colaboración, pásmense, de las fuerzas armadas estadounidenses, que se mete muy pronto en harina (nos ahorra chorradas de visitas a islas misteriosas y empezamos directamente en el barco de playmobil con el bicho a punto de reventarlo) nuestra historia comienza con un simio (un hombre con disfraz de gorila con pezones gigantes presuntamente adquirido en un todo a 100 de la época) de once metros con muy malas pulgas que, tras enfrentarse a la fauna local (en concreto un tiburón, gigante también, por supuesto, con el que mantendrá una épica lucha que solo alacanzaría ecos semejantes en el enfrentamienteo monstruo-tiburén años después en Nueva York bajo el terror de los zombies) le da por darse un voltio por una Corea llena de letreros en chino (cosa de comprar las maquetas también en el todo a 100, busquen , busquen) destrozando todo lo que encuentra a su paso, salvo, en un derroche de efectos espaciales, una vaca de plástico y un ala delta con la que juquetea en un bucólico momento de paz. Por supuesto encontrará a la rubia de su vida, que encarna la madre de Los problemas crecen en los primeros planos y una suerte de muñeca en los generales, y se enfrentará al mal en forma de unos militares adictos a las llamadas telefónicas (no cuesta imaginarlos de filmarla hoy eternamente enganchados al whatsapp) y a mandar helicópteros de tres en tres, y eso que al bicho le da más por meterse bajo tierra que a subirse a rascacielos, creando el caos en una población que corre más en su huida a pata que en unos vehículos que sobreocupa ( a la escena del camión me remito). Inenarrable, y la frase final, que no spoilearemos aquí y que pretende replicar la poesía de eso de la belleza mató a la bestia para quedarse con el culo torcido.
 La sesión siguió con la presentación en exclusiva de la inquietante Vampyres, con parte del reparto, muy simpáticas, que generó múltiples aplausos y que podrán ver próximamente en su cine más cercano, así como una pequeña muestra del espectáculo del mentalista Pablo Raijenstein (todos los sábados en la misma sala), que logró nuevamente sorprendernos e inquitarnos con un número con importante carga física que persistirá en nuestras retinas mucho tiempo.
 Pero antes de que se nos fuera el gesto serio llegaba la segunda cinta, Devil dead, o como la conocen sus amigos, la posesión infernal hindú.
Para ver tras consumir medio kilo de biodraminas la película nos introduce en una mansión de pesadilla que casi parece fruto de algún fan loco del minecraft en la que un grupo de calenturientos muchachos se enfrentarán al mal en estado puro...o eso creen los padres de este infumable videoclip (en el que por suerte apenas cantan, sólo en una escena y como parte de un juego, en contra del espíritu bollywoodense) de hora y pico en el que la cámara se vuelve literalmente loca con un buen puñado de planos imposibles (impagables los del columpio), amén de insertos de la película original, interpretaciones de risa (literalmente, en alguna escena los actores no pueden evitar partirse el culo) y robos de temas musicales de otras películas (en concreto El señor de los anillos), que convierten esta cinta en una experiencia inolvidable que jamás, pero jamás deben ver solos y que se ha ganado ella solita un puesto en el campo de las cintas de horror que pueden matarte, no en siete días, sino en apenas unos minutos. Poco se puede contar, hay que verla y es que los hindúes han dejado el pabellón muy alto en las sesiones organizadas por cinecutre y a El vástago de Drácula me remito. Sí, el mal existe, pero no es lo que posee a los protagonistas, es esta película.
Y con esto concluyó un trash-o-rama que ha dejado el pabellón muy alto...ya esperamos el próximo que seguro no nos defraudará. Y si no habéis venido a ninguno no sabéis lo que os estáis perdiendo...

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