Legos del Monigotorium

viernes, 4 de julio de 2014

HORROR CAÑÍ

La sombra del terror más escalofriante siempre ha planeado sobre el cine español...pero mejor no pensemos en ello, hoy hablamos de fantástico, hoy hablamos del documental de Víctor Matellano, basdo en su libro casi homónimo Spanish horror, ¡Zarpazos! Un viaje por el spanish horror.
Aguda reflexión sobre el papel del cine de terror español tanto en el contexto nacional como internacional la película nos lleva de la mano de muchos de los grandes de este género que nos dejan su testimonio sobre lo que era trabajar en este mundo del terror cañí (Jorge Grau, Colin Arthur, Eugenio Martin, Joe Dante-que se confiesa devoto admirador-, Caroline Munro...), un género heredero de cintas como La torre de los siete jorobados y del universo de la Hammer, pero que también supo encontrar su propia voz con personajes originales como Valdemar Daninsky, El doctor Orloff o los templarios cadavéricos de Osorio, a pesar de intentar frecuentemente aparentar no ser "cine español", con ambientaciones "exóticas" y presuntamente más terroríficas como Inglaterra o Francia.
Así los puntos más reseñables son la reivindicación del género como un universo fresco dentro de la brutal censura, que si bien lo mutilaba según su costumbre si daba pie a elementos impensables en otro tipo de películas, incluyendo un erotismo, más o menos velado (reveladora la escena de la clase de costura de la magnífica La residencia), que contribuía a convertirlo en un cine inmensamente popular, heredero en muchos casos de la grandes coproducciones (léase spaghetti western) que arrasaron en taquilla, y la reflexión sobre su influencia en directores actuales como Balagueró, José Luis Alemán (que presta además su testimonio al igual que Paco Plaza) o Álex de la Iglesis, que si bien es un director que se suele identificar con la comedia nunca ha renunciado del todo a elementos del fantástico.
¡Zarpazos! es una cinta entretenida y bien hilada si bien como buen documental parece dejarse muchas cosas en el tintero, y las entrevistas son impagables (las anécdotas sobre Pánico en el transiberiano). Nos deja con ganas de un director's cut más extenso, y se agradece la reivindicación de títulos clásicos como No profanar el sueño de los muertos. Aprovechen para verla : todavía en sus cines y ya en su videoclub más cercano...y quédense hasta el final, con la impagable canción El show del hombre lobo de la película Buenas noches, señor monstruo...sabrán que es el terror.



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