En medio de ese maremágnum de sagas terroríficas que han dominado las últimas décadas del cine de terror añadiendo a los asesinos clásicos títulos como Expediente Warren, La purga o la más reciente Escape room "Insidious" es una de esas cintas que caló con una propuesta original y más de susto de antología, con un grado de sorpresa que se fue diluyendo a medida avanzaban sus secuelas hasta la que es por el momento la quinta y última: "Insidious. La puerta roja".
Dejando de lado esas tercera y cuarta parte en las que la conexión con el resto de películas se ceñia a la presencia de la médium y parapsicólogos aficionados que por supuesto tampoco faltan en esta entrega en "Insidious. La puerta roja" el protagonismo vuelve a recaer en Josh y su hijo Dalton, nueve años después de la pesadilla original. Mientras el primero afronta su divorcio y unos extraños problemas de memoria su hijo comienza sus estudios en la Facultad de Bellas Artes. Pero ese extraño episodio que marcó sus vidas una década antes va a volver para atormentarles. Así lo que empieza de manera sutil en la que los elementos inquietantes van a empezar a manifestarse poco a poco va convirtiéndose poco a poco en un desfile de jump scares cuya presencia va aumentando paralelamente al metraje hasta un tren de la bruja poblado por seres grotescos que a la larga acaba descarrilando.
"Insidious. La puerta roja" tiene un buen arranque. Traumas varios, cierta lógica al introducir el regreso de lo sobrenatural en la trama y un par de sustos que convence. Pero aún obviando algún aspecto que no tiene sentido pero que sirve de excusa para aportar algun matiz perturbador (ante un apagón el protagonista debe ser el único ser sobre la tierra que recurre a un minigenerador en vez de encender la linterna del móvil. Eso sí la luz roja que da la lámpara queda muy bonita) estamos ante una de esas cintas que además de un maquillaje cuestionable recurre continuamente al mismo mecanismo para asustarnos, replicando sus planos de nucas y con espacio vacío ad nauseam.
Intentando replicar los buenos mimbres de la original la nueva Insidious no es la peor de la saga, pero tampoco la peor. Una película que se vuelve repetitiva, aunque alguno de sus sustos si funciona, pero que pierde fuerza a golpe de saturación. Con sabor de fin de saga aunque este quede muy abierto el debut de su protagonista, Patrick Wilson, como director no resulta especialmente brillante pero queda una obra de esas que se agradecen en plena canícula, para sumar al fresco del aire acondicionado el escalofrio por la espina dorsal. Para completistas, para botar con las palomitas en la mano...si decidimos unirnos al juego sin muchas pretensiones una buena opción para esas tardes de verano en las que la intrascendencia se agradece.
"Insidious. La puerta roja" llega a las pantallas españolas el 20 de julio.
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