No importa el país el champán (o champagne) es siempre sinónimo de celebración. Pero como dirán los expertos el auténtico es el de la francesa región de Champagne. Esta comedia que responde a tal título va a aunarlo todo: bebida, celebración y lugar para contar la historia de unos amigos, de esos que se conocen hace tantos años que ya son casi familia, cuya celebración durante un fin de semana en la finca vinícola de una de las parejas puede resultar con un amargor superior al esperado en una copa de espumoso.
"Champagne" es una historia agridulce. Bebiendo ligeramente de las raíces de la comedia elegante, en un entorno de auténtica postal, esta trama afín a las unidades de ambientación nos presente a un grupo de amigos que se enfrenta a toda una etapa de cambios. Desde la que acaba de perder a su pareja por una mujer más joven a los que emprenden arriesgados negocios pasando por el lobo solitario que por fin parecen dispuestos a sentar la cabeza este reencuentro que parece prometer dos días de diversión va sacando poco a poco toda una serie de demonios internos y secretos que pueden acabar con una amistad de más de 30 años.
Con una comicidad reservada casi totalmente a los diálogos, con alguna concesión física que casi parece más propia de Hollywood (la batalla de comida) estamos ante una película irregular, tanto en ritmo como en gags, que hacen que el espectador oscile entre la sonrisa y la carcajada a mandíbula batiente, algo que alcanza el nivel máximo con la llegada de la prometida de uno de los personajes que parece haber leído el manual de la metedura de pata y haberlo asimilado con total eficacia.
Dejando de lado un desenlace que prácticamente nos saca de todo lo que ha presentado el film hasta el momento a la par que nos deja una notable sensación de déjà vu "Champagne!" es una apuesta entretenida que gana enteros gracias al trabajo de sus actores, que imprimen ritmo a un guión que va entre la perla y lo convencional, sin hacerle ascos a los tópicos de la guerra de los sexos. Para amantes de la comedia francesa ligera, sin ínfulas y centrada en sus personajes, simplemente para dejarse llevar por un 'dolce far niente' que puede abocarlos a la catástrofe ...y a más de una risa.
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