Legos del Monigotorium

lunes, 5 de octubre de 2020

LAS MIL Y UNA BRUJAS

 


La intolerancia y el fanatismo siempre han supuesto una terrible lacra en la historia de la humanidad pero un excelente caldo de cultivo para contar historias.  De este humeante caldero emerge Akelarre, la historia de un grupo de jóvenes de un pequeño pueblo de pescadores vasco acusadas de brujería y sometidas a un cruel interrogatorio.

Contando una historia que hemos oído mil veces pero que no por ello es menos terrorífica Akelarre no se escuda en la ambigüedad: ningún elemento sobrenatural ha tenido que ver en la acusación ni ningún deus ex Machina satánico va a salvar a las jóvenes protagonistas de esta cinta. Esta película no es como la muy recomendable La bruja, con la que sin embargo guarda más de un punto en común, sino que asistimos a un puro drama de personajes.

De fuerte aroma teatral Akelarre tiene su mejor baza en su elenco protagonista. Unas jóvenes que consiguen transmitir fuerza a sus personajes, en una inteligente combinación de inocencia y picardía que logra rápidamente establecer complicidad con el espectador.  No es necesario aludir al empoderamiento femenino ( algo que se hace particularmente fuerte en los últimos minutos con ese gesto tan sencillo como potente como es el de la anciana al quitarse la cofia) para conseguir conectar con la naturalidad de unas chicas que se enfrentan cara a la muerte por una acción tan inocua como puede ser cantar y bailar en el bosque, el único lugar en que evadirse en una aldea pesquera en la que todos los hombres se han hecho a la mar.

Una historia que sabe mantener el ritmo, rodada con mimo y unos buenos dirección artistica y vestuario, pero que sin embargo flaquea en sus últimos estertores. A pesar de haber sabido introducir con inteligencia un tema musical con variaciones a la hora de dar el do de pecho una historia que ha sabido mantener la naturalidad hasta el momento hace que la suspensión de incredulidad salte directamente por la ventana, con una escena tan hipnótica y vibrante visualmente como incoherente con el contexto en el que se ha movido hasta el momento.

Estas vírgenes no suicidas, hijas y víctimas de su tiempo nos regalan una historia de ingenio ante la adversidad, la de unas Scherezades occidentales que consiguen envolvernos en su historia igual que logran hacerlo con sus verdugos. Akelarre es una película que logra en más de un momento hipnotizarnos, de personajes atemporales en un marcado periodo histórico que desearíamos borrar de nuestra memoria colectiva.

Akelarre ya puede disfrutarse en cines de toda España.


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