Legos del Monigotorium

martes, 7 de julio de 2020

CORRE ROSA CORRE

Al comenzar La boda de Rosa no he podido evitar pensar en una cinta tan distinta a esta como es ¿En qué piensan las mujeres?, esa comedia sobre la lucha de sexos a mayor gloria de Mel Gibson. Pues bien, en esa película el personaje de Helen Hunt, una brillante publicista, identificaba el acto de correr con la libertad...en el caso de la película de Bollaín el matiz es muy distinto: correr, aún con ropa deportiva y dorsal, supone huir. No de un peligro, sino de una rutina impuesta que amenaza con apoderarse de nuestra vida. Y Rosa ya no está dispuesta a seguir corriendo.
Iciar Bollaín nos regala una historia de superación personal y empoderamiento femenino, pero huyendo de grandes tragedias y altas esferas. La historia de una mujer abocada a un trabajo que, a pesar de estar en sintonía con su pasión, la costura, la consume y que, como tantas otras mujeres, se ha visto reducida a ser el comodín de su familia para todo, desde cuidar a sus sobrinos a encargarse de un padre que cada vez es más dependiente. Una trama tremendamente cotidiana en la que va a irrumpir como un ciclón la boda del título, en absoluto lo que la familia de la novia espera, y en la que no van a faltar ni vestido, ni invitados ni tarta pero en la que los roles de los contrayentes están bien lejos de lo que los más allegados esperan.
La boda de Rosa sabe moverse con tino entre el drama y la comedia, con unos personajes tan naturales como familiares (ese emprendedor encarnado por Sergi López que más que hermano se nos antoja cuñado o ese entrañable padre capaz de volver loco al más pintado pero con el que es casi imposible enfadarse) y una inteligente subversión de los tópicos del cine de bodas. Y lo logra sobre todo gracias tanto a un gran elenco de secundarios como a una Candela Peña que está sencillamente brillante, logrando hacer creíble todo el viaje emocional de su Rosa.
Con una cuidada estética que sabe sacar el mejor partido de sus paletas de color ( las escenas del nuevo despertar del taller de costura) La boda de Rosa se pasa en un soplo, entre momentos que consiguen tanto hacernos reír como emocionarnos. Una película profundamente humana con guiños berlanguianos y cuestiones vitales que consigue abrir un nuevo mundo cuando todas las puertas parecían cerradas.

La boda de Rosa llega a los cines el 21 de agosto.

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