Nos encontramos ante uno de esos títulos con engaño. Nuestro protagonista viaja de la India a París, pero en avión. Después el azaroso destino (o el karma, según se mire) le hace viajar a Inglaterra a bordo del mueble del título para redondear más adelante el viaje visitando (por llamarlo de algún modo) Barcelona, Roma y Libia de modos todavía más sorprendentes. Y ni siquiera este será el final de un viaje supuestamente De la India a París en un armario de Ikea.
Bautizada originalmente como El extraordinario viaje del fakir (The extraordinary journey of the fakir...aunque la novela en la que se basa tiene el completísimo título de El increíble viaje del fakir que se quedó atrapado en un armario de Ikea, obra de Romain Puértolas ) nuestra historia arranca como una fábula en toda regla, no solo por su tono sino porque su propio protagonista se dispone a narrar a tres adolescentes en un peliagudo brete que puede llevarles a la cárcel la particular odisea que cambió su vida. Un comienzo que por ambientación a más de uno puede hacerle pensar en cintas como las oscarizadas La vida de Pi o Slumdog millionaire.
Pero la India solo es el comienzo. Nos encontramos ante todo un tour no solo por varias ciudades europeas, algunas más de postal como Roma y otras de las que apenas sí llegamos a oir el nombre como Barcelona, sino por varios géneros. Aunque su tono inicial, aunque su protagonista afirme que se dispone a relatar una tragedia, nos aproxime a la comedia encontramos un poco de todo, jugando incluso con una llamativa paleta de colores (incluso podemos ver en más de una ocasión al protagonista ataviado con ropa de los colores de la franquicia del título): algo de drama, una buena carga de cine romántico, un guiño al musical (tanto al estilo americano como al de Bollywood, que parece que lo pide a gritos) e incluso una buena taza de crítica social, con una reflexión sobre el drama de los refugiados y la inmigración un tanto edulcorada pero que va a ser clave para el desenlace de este particular cuento.
De la India a París en un armario de Ikea es una película que gana muchos enteros por el carisma de su actor principal, un Dhanush en su primer papel fuera de la cinematografía estrictamente hindú (aunque se trata de una coproducción franco-india-belga), un personaje omnipresente que destaca ante un grupo de secundarios que puede dar mucho juego pero pobremente esbozados como ese taxista capaz de leer el futuro en el tráfico, esa robaescenas que es la vaca de su familia o el propio objeto de sus amores, encarnado por la nominada al Óscar Bérénice Bejo.
Una cinta que funciona como el armario de Ikea de su título: tiene muchas piezas, todas encajan con mayor o menor facilidad y el resultado es más que correcto. Probablemente no es el mueble de nuestros sueños, pero nos da exactamente lo que necesitamos: una película entretenida, inverosimil pero bien orquestada, que nos regala hora y media de sonrisa con una pizquita de moraleja que podemos llevarnos fácilmente a casa.
De la India a París en un armario de Ikea llega a las pantallas españolas el 10 de mayo.
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