Antes de nada un inciso. Venganza bajo cero es una película de venganzas con Liam Neeson, dos campos que parecen ser casi indivisibles en los últimos tiempos, pero en el caso que nos ocupa hay que añadir una especia más al guiso. Se trata de la segunda película etalonada en HDR de cara a su estreno en pantalla LED onyx cinema y que de momento solo podemos disfrutar en España en los cines Odeón Sambil de Leganés (Madrid). Una tecnología que asombra al mostrar un contraste perfecto entre blancos y negros y un espectacular uso del color, creando una imagen apabullante de impecable luminosidad (tanto que incluso podríamos disfrutar de la misma calidad con las luces encendidas, algo imposibloe con el actual sistema de proyección) que sienta francamente bien a una película en la que los paisajes nevados tienen tanto peso. Una calidad espectacular que no podemos esperar disfrutar en próximos títulos.
Pero entremos en harina: Venganza bajo cero.
Creativa traducción de Cold pursuit, remake de la noruega Kraftidioten. In order of disappearancce (que viene a significar Uno tras otro. En orden de desaparición, frase que también corona en los títulos de crédito los nombres de sus intérpretes) y también dirigida por el director de esta, Hans Peter Moland Venganza bajo cero es una cinta de acción trufada de puro humor negro. Con una ambientación nevada que unida a sus personajes y diálogos nos hacen casi pensar en el universo Fargo de los Coen (sumo la serie, de primera temporada muy recomendable) la película nos cuenta la historia de un hombre de a pie, encargado del mantenimiento de la carretera con su quitanieves, que descubre que su hijo, hallado muerto por una sobredosis, es en realidad la víctima accidental de un ajuste de cuentas entre traficantes de drogas.
Con un Liam Neeson que se revela una vez más como el mejor en lo que hace en un personaje tipo que se ha fraguado a base de venganzas varias pero que nos regala momentos tan impagables como aquel en el que intenta dormir a un niño leyéndole el manual de su vehículo, la película es todo un cóctel de exóticos ingredientes, desde capos obsesionados con la espartana educación de su hijo a indios (americanos, que también podemos encontrar un indio, de la India, que también es víctima de chiste) que se debaten entre la tradición y la lucrativa venta de sustancias. Personajes impagables como mafiosos que se comportan como niños o niños que se comportan como adultos, bizarros asesinatos y creativas maneras de librarse de los cuerpos...nada falta en esta cinta de buen sentido del ritmo y humor en ocasiones negrísimo (ojo al último plano...para alguien que se libraba de la escabechina...y no diré más), y que logra hasta cierta complicidad con el espectador con esas pequeñas esquelas, la mayoría recurso de la elipsis de una muerte que no vemos pero que adivinamos llega, que articulan la práctica totalidad del metraje de la cinta.
Una película con premisa dramática pero que sabe no tomarse en serio a sí misma, a pesar de su cuidada puesta en escena (y escenarios tan detallados como el almacén de los indios), bellas escenas y buen hacer de sus intérpretes y que desmuestra una vez más que las intrigas de corte nórdico no están por necesidad peleadas con el humor más cafre.
Venganza bajo cero llega a los cines el 10 de mayo.
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