Legos del Monigotorium

jueves, 6 de octubre de 2016

LA MELANCÓLICA PELI DE SLENDER MAN

Si hablamos de cineastas que han sabido hacerse un hueco en el imaginario colectivo, y más si hablamos de los últimos 30 años, un nombre que sin duda aparecerá es el de Tim Burton, un irector que, guste o no, ha marcado a toda una generación con cintas como Eduardo manostijeras o Pesadilla antes de Navidad (de la que, no nos cansaremos nunca, NO es director, ese puesto es de Henry Selick...pero Burton ejerció como productor y la película se basa en sus personajes) y ha demostrado su madurez artística con obras como Ed Wood o Big fish (y nos ha divertido con otras como la muy recomendable Mars attacks!, que narices...). Sí, Burton ha calado tanto que es uno de esos directores a ls que la inmensa mayoría, cinéfilos o no, ponemos cara, y eso ya es de por sí un mérito (a ver, sin mirar ¿que cara tiene Christopher Nolan?...no el listo de la clase que espere un poco)...y por eso hoy hablamos de El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares.
 Jake es una dolescente con una vida anodina. Su existencia dará un vuelco cuando su querido abuelo perezca en extrañas circustancias tras pedirle que encuentre la isla en la que pasó su infancia, y en la que se encuentra el orfanato de Miss Peregrine, donde que viven niños con caracterísiticas inusuales, algo que formaba parte de las historias que le contaba cuando era pequeño pero que con los años acabó asumiendo que se trataba de una mera fantasía del anciano. Pero cuando tiempo después recibe el regalo que este reservaba para él descubre en su interior una postal de la misma Miss Peregrine con su dirección. Acompañado por su padre, que cree que quizás conociendo el sitio asuma al fin la muerte de su abuelo. Jake marcha a Gales para descubrir que el centro fue destruído en 1943...pero sin embargo puede que no todo sea lo que parece...
Basada en el libro de Ransom Riggs (con la que al parecer guarda notables diferencias...algo que por desgracia no puedo asegurar de primera mano) El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares es una cinta que parece gozar de un buen númeor de elementos afines al imaginario de su director, desde los peculiares que dan nombre a la cinta (y a ls que no cuesta identificar con otras de sus melancólicas creaciones como los personajes del libro La melancólica muerte del chico Ostra o los protagonistas de Vincent o Frankeweenie) a los villanos pasando por guiños como los esculpidos setos del jardín.
Con un arranque que nos remite a una de las mejores cintas de su autor, Big Fish, la cinta parte de un enfoque más ambiguo, jugando con la realidad y a lo que, salvo algún destello como la gran sombra que el protagonista atisba tras la muerte de su abuelo, parece ser pura fantasía, en la que quizás sea la más interesante pero menos burtoniana (bueno mejor Burtesca) parte del film, para dar paso a una segunda parte en la que se da rienda suelta a los elementos fantásticos.
Miss Peregrine y su hogar para niños peculiares es una película de corte juvenil, casi podríamos decir con toda la pátina de primera entrega de una saga (veremos como evoluciona esto), quizás menos tenebrosa de lo que pueda parecer en un primer momento (si bien cuenta con elementos tan inquietntes como el peculiar que habita el último piso o el alimento que devoran los villanos de la fiunción, los huecos, estos elementos no adoptan un cariz tan terrible como habría supuesto nuestra calenturienta imaginación, dejando incluso que algún terrible monstruo sea derrotado gracias a las chucherías...literal), pero en la que encontramos imágenes particularmente hermosas (el reinicio de cada día, la visita al barco hundido...) y una historia que a pesar de los tópicos (el malo malísimo, el envidioso del protagonista que acaba colaborando con él...) consigue mantener el interés de un esectador que puede encontrarse alguna deliciosa sorpresa en forma de homenaje (¿alguien ha dicho HarryHausen?).
El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares no es una película perfecta, ni siquiera una de las mejores de su autor, pero viéndola como una cinta de carácter infantil-juvenil supone un cuento que se ve con agrado (incluso se le perdona alguna concesión a la galería como el episodio de la ardilla o ese momento en el pub digno casi de la por otra parte muy recomendable Matilda) y que durante un par de horas nos regala una buena dosis de imaginación.
 Una fantasía para niños y no tanto para los incondicinales de un Burton que quizás ha perdido un poquito de oscuridad pero que ha sabido mantener su espíritu.


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