Legos del Monigotorium

martes, 30 de agosto de 2016

SIN PESTAÑEAR

No hace mucho que hablábamos de una película con una prohibición implícita en su título. me refiero a Nunca apagues la luz, una cinta que como otras de denominación similar hacen una petición a sus personajes más o menos razonable, si bien estos siempre suelen tener grandes dificultades ara cumplirlas...sin embargo las cosas no suelen ser tan fáciles, como sucedía en el muy recomendable espectáculo de teatro (que pudo disfrutarse esta primavera en Madrid) No tengas miedo o en el caso de la película de la que hablamos hoy, que de cumplirse la premisa que le da nombre a rajatabla no haría más que hacer a sus protagonistas salir del horno para caer en las brasas...hoy hablamos de No respires.
Rocky, Money y Álex son un grupo de delincuentes que perpetra pequeños robos en casas lujosas que no impliquen su encarcelamiento inmediato. Su gran oportunidad llega con un chivatazo que puede proporcionarles tanto dinero como para que Rocky pueda abandonar su hogar desestructurado y marchar con su hermana, una niña que sueña con practicar surf, y sus dos amigos a la soleada California. Todo parece sencillo: una casa habitada por un anciano ciego, veterano de guerra, que oculta en ella los 300.000$ que le pagaron como conciliación por el atropello de su hija, y en cuyos alrededores no vive nadie. Pero su morador oculta más de un secreto que pueden hacer que su golpe de ensueño se convierta en toda una pesadilla.
Angustiosa cinta de terror No respires es un survival horror que se ciñe en su práctica totalidad (con la salvedad del prólogo en el que conocemos a los protagonistas y un breve pero inquietate epílogo) a la regla de las tres unidades, creando una historia llena de tensión que logra enganchar al espectador con apenas un puñado de elementos.
Con un trío protagonista apenas esbozado pero con el que se empatiza rápidamente (especialemtne con Rocky, cuyas prioridades quedan muy claras en la escena que tiene lugar en su casa) la película, que se ha abierto con una escena lo suficientemente impactante como para despertar la curiosidad del espectador) entra rápidamente en materia para contarnos como un grupo de jóvenes soñadores lleno de recursos se enfrentan a una aparente víctima con más recursos todavía, una historia que en frío puede que no nos resulte excesivamente original, pero que, con los pocos recursos de los que dispone (menos de media docena de personajes clave en una pequeña casa de tres pisos y sótano, y en apenas una hora y media) sabe sacar lo mejor de estos para arrastranos en un survival horror en toda regla que consigue alterar inmediatamente los roles de sus protagonistas sumergiéndonos en un clima tan cotidiano como terrorífico, y que da a su villano unos poderes que sin serlos, casi se nos antojan sobrenaturales (e i9ncluso nos puede hacer en películas tan lejanas en forma como la muy recomendable The descent).
Con un excelente sentido del ritmo la película logra hacer de su escenario toda una trampa claustrofóbica, con lugar incluso para alguan inesperada sorpresa, con escenas tan arriesgadas como aquella que tiene lugar en un sótano completamente a oscuras que juega con una (falsa) cámara nocturna, en un juego de gato y ratón en el que no faltan un buen puñado de sustos que, aun viéndolos venir, logran que saltemos en la butaca
 Un eficaz montaje, unos actores que saben dar lo mejor de sí (en especial el que da vida al terrorífico ciego, y que no en vano fue el primer Hannibal Lecter, mucho antes de la oscarizada El silencio de los corderos) y una evocadora banda sonora compuesta por Roque Baños que contribuye aun más a que nos sumerjamos en su tenebrosa atmósfera No respires es una de las mejores piezas que nos ha dado el cine de terror este año, una película que sorprende con sus giros y que hará disfrutar tantos a los fans del género como a aquellos que simplemente quieran pasar un rato tan perturbador como entretenido.
Todo un cuento de terror con ogro disfrazado de héroe desvalido No respires se estrena el 2 de septiembre en las salas españolas.

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