Cuando nos introducimos en ese universo tan ampllio como aterrador que es el cine dentro del cine siempte nuestra primera tendencia, cual la cabra proverbial, es pensar en actores y directores, en las dos cabezas más visibles de la fábrica de sueños. Pero detrás del oropel y el glamour nada es lo que es sin una buena historia, y esa es la labor del guionista, un gremio que la verdad no tiende a acabar muy bien cuando se convierte en protagonista cinematográfico ( y si no ahí está la maravillosa El crepúsculo de los dioses) aunque en este caso se une además el tratarse de una historia real...por supuesto hoy hablamos de Trumbo.
Dalton Trumbo acaba de convertirse en el guionista mejor pagado de Hollywood pero su afiliación al partido comunista le granjea la desconfianza de casi todo Hollywood. Investigado por el Comité de actividades antiamericanas, condenado a prisión por desacato y convertido prácticamente en un apestado por sus compañeros de profesión se verá obligado a trabajar bajo varios seudónimos y vender su trabajo por precios irrisorios, así como verá como su vida familiar se tambalea pero con el paso de los años y no sin esfuerzo verá como es posible que las cosas cambien.
Basada en la historia real de Dalton Trumbo, quizás el nombre más conocido de los 10 de Hollywood, la película nos cuenta la historia de su caída y reivindicación en sus últimos años, gracias a su trabajo en las cintas Espartaco y Éxodo.
Mostrando como un hombre puede pasar de lo más alto a lo más bajo tanto en lo laboral (despido) como en lo social (no solo es atacado por el mundillo hollywoodense sino hasta por el hombre de la calle, inflamado por noticiarios y columnas difamatorias) la película nos muestra de forma sencilla (las mejores explicaciones las da el mismo Trumbo a su hija mayor) y sin abusar de escenas tremendistas (si nos muestran el registro en la cárcel entre otras pero mayor peso tienen los diálogos) revelando como la recepción de las ideas políticas de Trumbo pueden acabar con todo lo que tiene (su casa) y casi con todo lo que es, casi logrando que roce la locura.
Trabajador incansable y hombre de familia, Trumbo es un personaje que es fruto del sueño americano primero y víctima de la pesadilla americana después pero que, aesar de sus conflictos internos y como estos afectan a su vida, en ningún momento pierde el carácter de personaje positivo, con más luces que sombras, quizás restando un poco de veracidad a un guión que consigue atraparnos y crear un fuerte grado de empatía desde un primer momento, a pesar de algún elemento casi deudor de cuento de hadas (ahí están esa bruja y ogro bonachón en toda regla que son Helen Mirren y John Goodman, ambos magníficos en sus interpretaciones).
Porgue además de un guión lleno de esos diálogos que nos regalan el mejor sabor de la réplica lo mejor son sin dudas sus actores, comenzando por un protagonista nominado al Óscar por este papel y al que no cuesta coger simpatía desde su arranque a todo un gran elenco de secundarios a los que se suman nimerosos sosias de astros de Hollywood (un Kirk Douglas que en algún plano es cais igual) y nombres tan conocidos como Otto Preminger y que contribuyen a mostrarnos ácido mosaico de un Hollywood ya extinto, aunque en un carácter muy distinto al que ya vimo en otra película de este año, Ave Cásar, quizás el irónico reverso de la moneda de este Trumbo.
Buen ritmo, diálogos bien escritos y por encima de todo una historia que sabe interesarnos por uno de los espisodios más oscuros del séptimo arte Trumbo es una película que sabe presentar hechos reales con un lenguaje clásico de buenos y malos, de hombres que aguantan y otros que se rinden, pero haciendo que logremos creer durante un par de horas que hasta en la realidad puede haber finales felices.
Una película que quizás llegue un poco tarde, lejana ya de los Óscars, pero que gustará tanto a los fans de la historia del cine como a aquellos que se acerquen a ella sin conocer la historia real de la que parte.
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