Legos del Monigotorium

miércoles, 17 de febrero de 2016

DESPEDIDA A LO VERDE

Los más ancianos del lugar todavía recuerdan como, rozando el cambio de siglo, llegó una niña con pelo lacio, camisón blanco y bastante mal café a la que le gustaba hacerle la competencia a todos esos horrores que nos llegan a través de la pequeña pantalla. Su nombre Sadako, y su hábitat Ringu, una cinta (y nunca mejor dicho) de terror japonés que abrió toda una moda de seres del más allá que, con buenos resultados, le copiaban el look. Con un buen cargamento procedente de Japón, Corea y otros países del sudeste asiático, no pasó mucho para que Hollywood le copiara el cuento y empezata a hacer remakes a lo loco, alguno de los cuales con la buena idea de ambientarse en el mismo Japón como pudimos ver en El grito, con Buffy cazavampiros contra el niño que maúlla (literal) . El tiempo pasó, y con el la moda, pero ha llegado el momento de volver a casa, y por eso hoy hablamos de El bosque de los suicidios.
 Sara tiene una hermana gemela, Jess, con la que siente una particular conexión. Por eso cuando esta desaparece en Aokigahara, un bosque de Japón considerado maldito al que mucha gente se retira a suicidarse, sabe que a pesar de lo que digan esta sigue viva. Tras tomar un avión se presentará en el país del sol naciente dispuesta a encontrar a su gemela pero lo que en un primer momento tomó por supercherías locales parecen tener una razón más que fundada, aunque eso no la detendrá a la hora de internarse en el bosque con la ayuda de un periodista australiano y un guía japonés comenzando una odisea que pondrá a prueba su propia cordura.
Con fuertes dosis de exotismo y un aroma de cuento de fantasmas El bosque de los suicidas parte de las leyedas en torno a un paraje real, el bosque japonés de Aokigahara en la ladera del monte Fuji, para contarnos una terrorífica  historia sobre conflictos familiares que va introduciendo en la trama a la vez que los protagonistas se internan más y más en un lugar maldito.
La elección de un escenario como este bosque, casi un personaje más de la película, omnipresente casi desde el primer fotograma, es quizás la mejor idea de la cinta, creando una atmósfera tan hermosa como inquietante, aun en contraste con una moderna ciudad, Tokio, que también puede darnos más de un susto (la escena del taxi) y en la que ya la protagonista empieza a darse cuenta que se dirige a un terreno que, si bien en un principio no es declaradamente hostil, si es extraño para ella (el plato con el crustáceo todavía vivo).  Será este siniestro pero hipnótico viaje a un Japón de pesadilla lo que hará que el espectador, especialmente aquel interesado en esta cultura, se enganche en un principio a una historia que tiene tanto de drama familiar (el episodio de la niñez de las hermanas que aquí no desvelaremos pero que será clave para el desenlace) como de película de terror, dejándonos escenas tan llamativas como eficaces como aquella en la que una dulce señora acompaña a la protagonista al sótano para enseñarle algo inesperado....y con una naturalidad pasmosa.
Sin embargo una vez inmersos en el bosque mismo, un momento que en realidad se espera desde el primer momento con avidez, la película pierde parte de su magia, una vez expuestas las cartas sobre la mesa, y se convierte casi en una versión explícita de la ya clásica El proyecto de la bruja de Blair, la película que abrió la veda del cine de terror en bosque pero sin psicópata (ahí está la reciente Indigenous en la que el malo malísimo no es ni más ni menos que el chupacabras...sí, sí). Sí, nos deja un buen puñado de sustos, alguno tan destacable como el del tomavistas (de esos que aunque se ven venir se introducen con buen ritmo), pero otros se quedan en un terreno más previsible, llegando a rozar el tipo "abuelita Flanders" (los fans de los Simpsons ya lo tienen en mente), conduciendo a un final más previsible de lo esperado en un principio.
Sin embargo El bosque de los suicidios es una película entretenida, que satisfará a los fans del género, y que sabe mantener un buen ritmo durante la mayor parte de su metraje. Un film de terror psicológico de esos que consiguen hacernos bajara la guardia con sus escenas inquetantes  y que tiene mucho potencial, con el debido mimo, para una buena secuela
Para amantes del cine de terror en general y nostálgicos del j-horror en particular El bosque de los suicidios llega a nuestras pantallas el 26 de febrero.

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