Legos del Monigotorium

martes, 30 de junio de 2015

ESPIANDO POR EUROPA

Si bien en el mundo real los espías son seres misteriosos de los que sólo tenemos noticias cuando hay un juicio o cualquier otro suceso de gravedad supina en el caso del séptimo arte los derroteros son bien distintos. Al inmenso catálogo de espías heroicos, hijos o no de series de televisión o sagas interminables, el espía como agente ( y nunca mejoe dicho) cómico se ha convertido en todo un cláscico, desde Leslie Nielsen a los protagonistas de Top Secret pasando por supuesto por el inefable Johnny English (007 pasado por el tamiz de Mr. Bean) e incluso por Jackie Chan, que ha encarnado a alguno más de una vez. ¿Y que pasa con las féminas? Condenadas a pasear su palmito lánguidamente con oscuros trajes de fiesta por fúnebres casinos, aguantando el flirteo del soso émulo de Bond de turno si bien podrían mandarlo a mejor vida con un acrobático juego de piernas parece que no han dado tanto de sí, al menos como heroinas principales, en el inconsciente cinematogáfico. Sien embargo la última muestra ha llegado hace apenas unos días a nuestras pantallas, por eso hoy hablamos de Espías.
Susan Cooper es agente de la CIA pero durante su ya dilatada carrera apenas ha salido del sótano desde el que colabora a través de su ordenador con el superagente Fine, su amor platónico. Cuando este es asesinado mientras investiga la venta de un arma nuclear al mejor postor no es posible enviar a ningún espía a detener a su asesina, ya que esta conoce a todos los agentes, y Susan se presenta como voluntaria para la misión. Tras examinar sus cualidades será enviada a París con una nueva identidad y la mera misión de localizar y señalar su objetivo pero este sólo será el comienzo de una aventura que la llevará por media Europa y pondrá a prueba un entrenamiento que ya creía olvidado.
Espías es una comedia ligera que arranca de todos los tópicos bondianos posibles (fiesta y smokin incluidos) rematados en la proverbial escena de créditos homenaje a la saga.
Si bien el eje de toda la película es el personaje de Melissa McCarthy en un rol que no deja de recordarnos a otros que la han convertido en un tostro conocido, desde su papel candidato al Óscar (sí, si no es coña) en La boda de mi mejor amiga, que pasará de ser una tímida analista a toda una fuerza de la naturaleza que sabe hacer buen uso de sus recursos a pesar de lo que la ningunea su propia agencia (empeñada en darle identidades secretas que suponen la antítesis total de los roles de chica Bond, con pelucas tipo gato muerto y vestuario que convertirían en Miss Elegancia por contraste a la monja de cualquier orden...de los que elige ella cuando decide ponerse las pilas no diremos nada por el momento), encontramos además una nutrida gama de secundarios, cuyos roles también juegan con los tópicos del género ( de la mejor amiga a la esía pibonazo que envidian pasando por la jefa de hielo).Entre ellos sin duda destaca el de uno que se ha ganado a pulso su fama en el género de acción, Jason Statham, en una alocada parodia de los papeles que le han hecho célebre pero además ozando (y casi superando) el nivel chiste de Chuck Norris, y que nos deja algunos de los mejores momentos de la cinta.
Pero por supuesto esta no es una película de personajes, es una comedia que no hace ascos al lujo y exotismo propios del género que parodia (y que encuentra buena parte de sus gags entre estos y los medios de su particular protagonista, que podríamos definir como bruta pero lista), y por supuesto en ella no faltan peleas ni persecuiciones, si bien adolece de una ligera falta de ritmo que no la beneficia en absoluto.
Espías es una película con buenos gags, la mayoría destripados en su tráiler, pero que no sirve ninguno de antología, ni brilla por la espectacularidad de sus localizaciones (en las que parece que sí se ha gastado su pasta y tiempo, pero que luego autosabotea con apariciones como la de la particular banda que da un concierto en pleno París), su final pretendidamente sorprendente o sus escenas de acción (es más, la pelea más espectacular de la cinta, entre la protagonista y una de sus némesis, una sensual villana, se desarrolla en una cocina y empleando los enseres de la misma...no sé si es una parodia, una machistada vacía o mi mala conciencia lo que la hace chirriar...espera...tal vez sea un guiño metacinematográfico).. Nos queda un entretenimiento fatuo pero que puede proporcionarnos un buen rato si conectamos con esta cándida protagonista reconvertida en máquina de matar y sus alocadas peripecias.
Diversión fresquita para una tarde de verano calurosa...quédense a ver los títulos de crédito, un nuevo muestrrio de aberrantes identidades secretas y gadgets bondiandos de chichinabo.

lunes, 29 de junio de 2015

MOLTO VIVACE

El club de cine El pez eléctrico ( C/ Pez 40) vuelve a hacer de las suyas...tras la memorable sesión doble de la semana pasada, superando las inclemencias del tiempo (que con el calorazo casi se derriten proyector ...y proyeccionista, suerte que en el interior hace fresquito) y tras una reñidísima votación entre Sonatine, el clásico de Kitano, Caído del cielo de Dennis Hopper y Allegro non troppo, fue esta última la que se ganó el derecho a ser proyectada ayer en pantalla (más o menos) grande.
Una película que me causó un impacto inenarrable (digamos que no volví a ser la misma) en mi más tierna infancia, cuando la televisión pública se permitía poner joyas como esta y, pásmense, en horario infantil, y que por su escasa fama me permití la osadía de proponer. Me alegra poder agradecer a los organizadores y a todos los que la votaron la oportunidad de recuperar el que, para mí, es un clásico. Y me alegra también comprobar que el resto de los asistentes disfrutó al menos tanto como yo.
Pero entremos en harina. ¿Es posible que exista una película que adoptando la premisa esencial de Fantasía (música clásica convertida en piezas de animación) presente un auténtico festival de ironía, erotismo y crítica social con un envidiable sentido del humor, arranques de nostalgia y poesía. y que encima quede bien' ¿Y que encima sea italiana?. La respuesta esta contestada por anticipado. Es Allegro non troppo.
Partiendo de la aclaración, con toda la jeta y a la vez toda la razón, de que esta película no tiene nada que ver con esa tal Fantasía de Prisney o como se llame (así lo afirmna ellos) la cinta nos presenta a una orquesta de cándidas ancianitas y un dibujante (encadenado a la pared cuando no trabaja) que interpretarán bajo la batuta de los malévolos director de orquesta y presentador una serie de composiciones de autores de la talla de Ravel o Stravinsky a su vez transformados en dibujos animados.
Con un estilo vivaz y ligérsico, y una apabullante paleta de color, Allegro non troppo (título que proviene de la indicación rítmica y que podríemos traducir como Allegro pero no mucho) aborda algunas temáticas que ya vimos en fantasía como la mitología, la religión  o los dinosaurios, pero que aquí trocan el candoroso amor entre centauros por el erotismo entre sátiros, el dulce Ave María en la tentación del fruto del Edén y los dinosaurios en unos bizarros seres que, acosados por un maquiavélico primate, evolucionan al son del Bolero más famoso.
Con un estilo irreal y caricaturesco, que nos remite a toda la animación underground de los 70, pero también a cintas tan emblemáticas como El submarino amarillo o los cortos de Terry Gilliam en su etapa monty Python, la cinta huye de cánones de proporción y belleza y crea un mundo de estilo constantemente mutable que le da un aspecto único.
Y por supuesto se permite añadir nuevos mundos, como el de una sociedad que imita lo que le llama la atención hasta extremos absurdos (y casi logrando su aniquilación, cosa que no ocurre porque en el fondo no es tan tonta), el poder de los recuerdos personificados en un gato abandonado o el drama que conlleva para los seres más pequeños (una abeja pelín maruja en este caso) la invasión del campo por parte de los domingueros. Y para nuestro deleite se suma una buena tanda de microcortos tan brillantes como el del monigote que enviado a robar comida alcanza un final trágico o todos los candidatos a "gran final", en los que no escatima momentos tan gore como el de la llegada a meta o el del beso caníbal, un bello homenaje a la Sabrina de Wilder  que no desentonaría en una moderna cinta de Bill Plympton.
Un auténtico deleite para los fans de la animación, desde la tradicional a la que incorpora eleementos de imagen real ( en el corto del gato) o la stop motion. Una película original, con piezas brillantemente animadas (el fragmento de Ravel quizás lo más apabullante) pero que no se permite ninguna clase de tabú, pasando de una elegante concepción del erotismo (Presludio a la siesta de un fauno) a la sátira más brutal (El pájaro de fuego) pero sin abandonar en niugún momento la poesía.
Una delicatessen de una de las escuelas de animación más desconocida, la italiana (si se quedan con ganas aun hay más y la página de Bruno Bozzetto en la red es un buen muestrario), una perla del cine para adultos que probablemente encandilará también a los niños, si bien probablemente no capten toda la acidez de esta obra. Y si no la han visto, ya tardan.
Solo una palabra: maravillosa...y encima no pierde con los años, la jodía...

DAGANZO EN EL HORIZONTE


Hay una nueva exposición en la ciudad, forasteros...el pasado viernes abrió la muestra Daganzo. Un pueblo de cine, dedicada a una poco conocida faceta de la historia del cine (en general y español en particular), el papel como escenario del pueblo de Daganzo de Arriba, donde se rodaron clásicos como Pánico en el Transiberiano.
En ella se pueden admirar maquetas, piezas de vestuario, carteles y mucho más (incluyendo una caseta que parece haberse teletransportado del mismísimo oeste americano) así como se aporta una compeltísima información en torno a los rodajes pasados y futuros.
Una cita ineludible que puede admirarse en Ultravioleta Espacio Dorfland. C/. Fray Ceferino González nº 4. (Madrid)., muy cerquita del metro Tirso de Molina y a dos tiros de piedra de El rastro hasta el 12 de julio, y a la que se sumarán un buen número de actividades que podéis consultar en su perfil de facebook.
 Un plan ameno y divertido para este verano que empieza...y es que en cuestión de platós de campanillas no todo iba a ser Almería..

viernes, 26 de junio de 2015

PERMANEZCAN EN SINTONÍA

Era una noche osura y calurosa, de esas en la que la luna parece parcialmente devorada por un mitológico y ciclópeo animal...con tan bizarros presagios era normal que pasase algo fuera de lo común, y como comentaba en alguna red social de esas ayer tarde Monigotrium estuvo por primera vez en antena en su condición de civil, eso sí. Anoche era la noche de la cultura alternativa en RNE, en concreto en su programa El canto del grillo, y bajo el título En voz alta: frikis.
¿Qué es un friki?, ¿cual es su hábitat?, ¿es caro de mantener? ¿se le puede dar de comer después de media noche?. Estas fueron (o puede que no) algunas de las preguntas que se debatieron en el programa, tras analizar el origen del término así como ese todavía relativamente nuevo fenómeno que es el día del Orgullos Friki (25 de mayo).
Con la presencia de Óscar Ayuste (fan de la ciencia ficción en general y el universo Star trek en particular) Óscar Fernández (apasionado de los juegos de mesa y videojuegos...no el rol no, eso es otra liga), Ignacio López Vacas (cinéfago declarado cuyo nombre tal vez les suene por ser uno de los autores del Manual de supervivencia para cinéfagos, cuyas ilustraciones y portada surgieron de las más profundas simas del Monigotorium) y su servidora, Elena G. Peñuelas (en calidad de fan de cómics y mangas varios) fue una amena (o al menos eso intentamos) y distendida charla sobre ese poliédrico mundo que es el frikismo, bajo la batuta de Eva Cordón y Nacho Álvaro y con un elegante acompañamiento musical de temas como los de Star wars, Regreso al futuro o Tiburón.
Con temas tan dispares como la vertiente peyorativa del término, el cosplay o el lado oscuro del coleccionismo estuvimos debatiendo durante casi una hora y no más porque había que dejar sitio al resto de los contenidos programados...yo sólo he sacado una conclusión, si esto es ser tertuliano me apunto a las que quieran.
Pero quizás lo mejor sea oirlo por vosotros mismos...yo todavía no me atrevo, y es que escuchar la voz propia es una de las últimas fronteras del autoconocimiento humano. El programa completo se puede escuchar en este enlace:
 http://www.rtve.es/alacarta/audios/el-canto-del-grillo/canto-del-grillo-voz-alta-frikis/3186749/
Muchas gracias a todos: al equipo de El canto del grillo, a los dos Óscars, al amigo Ignacio, a Luis G. Chapinal (un amigo que si bien trabaja en otro estudio esa noche estaba y pudimos hablar con él...recomendabilísimo su programa también en RNE Desde el infierno) y al friki declarado de los aviones que llamó y cuyo nombre no recuerdo pero que nos dejó un testimonio más que curioso. Fue una noche inolvidable.
El lunes volvemos con las (pseudo) críticas habituales y si vuelven a llamar para la radio las ganas de repetir ahí están.

jueves, 25 de junio de 2015

RECONDUCIENDO LA VIDA

El aprendizaje es uno de esos hitos vitales que cinematográficamente hablando dan para mucho. No hace demasiado hablábamos de toda esa caterva de profesores enamorados de su profesión y aleccionadores de adolescentes más o menos rebeldes de los que suelen sacar lo mejor de si mismos...el caso que nos ocupa hoy es ligeramente diferente: la alumna, una mujer madura con problemas sentimentales y la materia el carnet de conducir. Y es que el arte de manejar vehículos ha dado más para la comedia (ahí está ese gag de la saga Agárralo como puedas en la que el profesor enseñaba a su alumna paso por paso hasta como hacer la peineta al desaprensivo que la insultase) que otra cosa. Si los tiros siguen por ahí lo analizamos hoy, hoy toca Aprendiendo a conducir.
 Darwan, un sij que residente en Nueva York, trabaja como instructor de autoescuela de día y como taxista de noche. Cuando descubre que una mujer que había subido discutiendo con su pareja se ha dejado un sobre en su taxi decide devolvérselo en mano y ella le contratar como instructor. Su objetivo es conseguir el carnet para poder visitar a su hija que trabaja en el campo mientras se enfrenta a un doloroso divorcio. Él, a punto de contraer un matrimonio concertado, y Wendy, su alumna, comenzaran una relación de amistad mientras se enfrentan a sus respectivas relaciones sentimentales.
Aprendiendo a conducir es una película de contrastes. A los culurales, que ya conocemos desde el principio, entre una intelectual neoyorquina adinerada y un hindú que a pesar de su formación universitaria ha elegido el oficio de taxista para mantener sus tradiciones, se suman pronto los de carácter amoroso.
Así nos encontramos la historia de una mujer que parece tener todo en la vida pero que se enfrenta a la pérdida de buena parte de lo que ha conseguido (del amor, pero también ds su casa, que se ve obligada a vnder y en algún momento casi parece de su hija, cuya relación con ella parece empeorar) que contrasta fuertemente con la de un hombre que se encuentra en el comienzo de su relación con su esposa, a la que apenas conoce debido a ser un matrimonio concertado. Serán estas diferencias sin embargo las que les hacen conectar en dos momentos de fragilidad de su propia existencia muy distintos, replanteándose sus propios sentimientos.
Con un ritmo pausado la película, aun presentando conflictos serios (la inmigración), es una película ligera, más cercana al drama si bien hay algún matiz cómico (la recompensa), que expone numerosos temas sin profundizar en ninguno de ellos, pero que nos deja alguna pincenlada  particularmente hermosa (el gesto de tocar la cara...), si bien otras resultan más forzadas (la imaginaria conversación de Wendy y su difunto padre).
Y es que lo mejor de esta película, que constituye en el fondo una historia de superación personal por parte de ambos protagonistas (que se enfrentan a miedos tan dispares como el vértigo o las relaciones impuestas), son los pequeños detalles (el plano de la primera vez que Wendy conduce sola, resaltando el asiento vacio a su lado, o cuando Darwan envuelve su regalo, cuya destinataria todavía ignoramos) e incluso subtramas como la relativa a las dificultades de la nueva esposa del profesor para desenvolverse en un nuevo país que la asusta y cuyo idioma apenas conoce.
Casi como de un mosaico se tratase Aprendiendo a conducir es una correcta fusión de historias, de personajes (entre los que destaca el siempre excelente Ben Kingsley), de elementos mundanos y exóticos (aunque apenas podamos atisbar pequeñísimos detalles, casi todos de índole religioso de la cultura del protagonista), configurando todo un mundo en el que intentan desenvolverse, con más perseverandia que esperanza, dos seres que parecen eternamente fuera de lugar por razones muy distintas.
Para amantes de las palículas de personajes y del romanticismo sutil...a veces incluso demasiado.
Aprendiendo a conducir se estrena el 3 d julio.

miércoles, 24 de junio de 2015

FUTUROS VERNIANOS

¿Cómo? ¿Que ya estamos en 2015? Este no es el futuro que nos prometieron. Ni trajes plateados, ni coches voladores para ir al trabajo ni vacaciones a Marte, tan frecuenes que al final los marcianos resultáramos ser nosotros mismos. Ese futuro, hijo bastardo de Los supersónicos y la Star Trek origianl nunca llegó. al menos todavía. Cuando estamos más cerca de las eras de Un mundo feliz o 1984, cuando ya parecemos más morlocks que elois las películas han hecho de ese futuro mágico un mundo poblado por consumidores de soma y soylent green bajo el ojo omnipresentede Hal. Las naves más allá de Orión ardieron para nunca volver a partir. Sin embargo parece que todavía, para bien o para mal, queda ungrupo de irreductibles...soñadores, y por eso hoy hablamos de Tomorrowland.
  
Casey, una brillante adolescente enamorada de la ciencia y preocupada por el futuro de la humanidad, encuentrra un día entre sus pertenencias un misterioso pin. Desconociendo su procedencia, descubre que, si lo toca aparece fugazmente en un increíble lugar llamado Tomorrowland, donde todos los avances científicos que pueda soñar son posibles. En la búsqueda de su ubicación real conocerá a Frank, un desterrado habitante del mismo, con el que iniciará una emocionante aventura en la que descubrirá un pasado que nunca imaginó, así como un terrible futuro que sólo ellos pueden evitar.
Tomorrowland es casi el reverso luminoso del cine futurista de las últimas décadas. Si bien a lo largo de su metraje sabrá desenvolverse entre utopía y distopía con bastante soltura su punto más original radica en el arranque, en el que partiendo del mágico mundo de una exposición universal (que casi parece más un parque de atracciones, individuo vestido de mascota Disney incluido, y no, no es una metáfora) nos muestra un luminoso futuro (o al menos su germen) de robots empáticos y vehículos sorprendentes, más cercano a Julio Verne (al que más adelante la película hará un guiño) que a Orwell, de esos que nos hace volver a ser un poco niños, uno de esos futuros radiantes que podrían presagiar una era dorada para toda la humanidad, y sabe reflejarlo amén de con una apabullante dirección artísitica con todo el encanto del cine clásico de aventuras, con su mochila voladora (y es que como bien sabían los creadores de Kick-Ass hay pocas cosas que molen más) y su sabio despistado, que en ese momento no es más que un niño, y todo.
Pero tras este prólogo, lo más brillante del film (tanto en imagen como en concepto), la utopía pasada nos remite a un futuro distópico para sumergirnos en uno de esos viajes de búsqueda interior y objetivo salvador con el que estamos más familiarizados...por llamarlo de algún modo.
Con un tandem típico de optimista y pesimista, encarnados por la adolescente soñadora y el adulto que, a pesar de lo que ha visto, hace mucho dejó de soñar (a los que se une un tercer personaje con una relación con el segundo que, aunque se pretende sorprendente, ya intuimos desde los primeros minutos) la película muta en una road movie en toda regla, que lleva a nuestros héroes de América a Europa (con uno de los momentos más originales y hermosos de la cinta en plena Torre Eiffel, que gana además al estar ambientado de noche) e incluso al espacio.
Sin embargo a pesar una película con tan buenos ingredientes como una imaginativa dirección artísitica (fuera del propio Tomorrowland incluso,,,me quedo con la tienda de regalos, hasta con sus homenajes publicitarios a Star Wars), una maravillosa partitura de Michael Giacchino (lo mejor de la cinta) o una cuidada selección de secundarios (con un Hugh Laurie haciendo lo que mejor se le da...como ha cambiado este hombre desde su príncipe George de La víbora negra, una serie a reivindicar desde ya) la cinta se revela pronto como una sucesión de carreras y persecuciones inconexas y alargadas en exceso, con un tono en ocasiones excesivamente infatilizado (esos enemigos robatizados y esas armas que volatilixzan a la gente, evitando episodios más sangrientos...lo que también se puede conseguir con buenas elipsis, o esos métodos de defensa casi digno de un Solo en casa) e incluso sin vacilar en hacer sonrrojantes product placements (que casualidad: el uso de este transporte baja el azucar y yo tengo una conocida marca de refresco de cola en la nevera...que se vea bien la botellita, maja).
Así una cinta con un punto de partida clásico, y (frente las tendencias actuales de la ciencia ficción cinematográfica) original, poco a poco se torna manido y reconocible, con tintes mesiánicos incluidos y villanos con ínfulas de opereta, con un final que, por pirotécnico, no deja de resultar anticlimático, despidiendo la cinta con un aura romántica pero edulcorada en exceso.
Una decente cinta de aventuras de esas para toda la familia, que incluso en algún momento, aunque sea ligeramente nos puede remitir a clásicos del fantástico como Regreso al futuro (ante las discusiones de Casey y Frank no podemos dejar de acordarnos de Marty y Doc), pero que pronto pierde la fuerza de su arranque. eso sí, ya huele a secuela.
Un buen entrentenimiento veraniego...si bien igual es un poco adulta para los niños más pequeños y un pelín infatil para los adultos....y no infantil en el sentido bueno. Lástima

martes, 23 de junio de 2015

DUDAS COMPROMETIDAS

Hace mucho tiempo, en unas playas más bien cercanas el españolito cinematográfico de a pie se lanzaba a la caza de la guiri despistada, casi como de una protocomedia romántica se tratase...la evolución lógica llegaría con las parejitas, las infidelidades y otras subtramas propias de las relaciones parejiles...sin embargo hace apenas año y pico llegó un filón...uno que siempre había estado allí, como si de un dinosaurio se tratase (en el sentido literario no el hollywoodense): las bodas. Ocho apellidos vascos parecía haber abierto una veda muy concreta...y sus ecos parecen llegar a la cinta de la que hablamos hoy, que se fusiona con esa tendencia también en alza en la comedia española de mandar a las protagonistas una miajita más allá del extrarradio (como se vió hace nada en Perdiendo el norte y con anterioridad en películas como las dos entregas de Fuga de cerebros)...hoy hablamos de Ahora o nunca (por favor no contesten todavía)
Álex, un chico obsesionado con los detalles y la planificación, se enamora de Eva en un curso de inglés. Cuando al fin se prometen deciden celebrar su boda en el lugar en que se conocieron, la campiña inglesa, pero cuando él y gran parte de las dos familias se disponen a tomar el avión una huelga de controladores les deja en tierra. Incidentes varios, equívocos y algún conflicto multicultural, fuera o dentro de las sábanas, harán que la boda soñada tenga que posponerse más de una vez mientras novio por un lado e invitados por otro intentan llegar a Londres para celebrar por fin la boda.
Compartiendo título con una cinta con Jack Nicholson y Morgan Freeman a la cabeza del reparto de la que hoy pocos se acuerdan, Ahora o nunca es una alocada comedia a mayor gloria de su protagonista, Dani Rovira, que está en su salsa, pródiga en gags visuales y "exóticas" localizaciones.
Si bien nos conduce a un terreno que conocemos bien, el de las bodas, que tan buena fortuna ha tenido en el reino de la comedia, y un problema que tampoco no es desconocido (el llegar a tiempo a un asunto o evento importante), estos son sólo los dos priemros tópicos que, con mayor o menor fortuna aborda la película.
Si bien el tópico como ente abstracto de la comedia se ha alzado casi siempre como ingrediente ineludible en el caso de Ahora o nunca caen en el caso de confundir el costumbrismo con la falta de originalidad. Con un ritmo alocado que se revela absurdo al darse la circustancia de que la boda, elemento que impone las prisas a los personajes, puede ser pospuesta casi indefinidamente (no es ahora o nunca, como reza el título, sino que es ahora...o más tarde, sólo es recogerlo todo y mañana volver a motar el chiringuito), la película se pasea por tópicos de este subgénero como la suegra antipática, los invitados enloquecidos o el futuro cónyuge que hace algo que no debía la noche previa al enlace, pero estos se revelan casi más como subtramas forzadas para generar una película coral.
El meollo mismo lo encontramos en la parte relativa la subtrama del novio, en su propia road movie de camino a la boda, en la que podemos disfrutar de algunos de los mejores momentos de la cinta (que alguno tiene) como los relativos al uniforme de Franco (que el tráiler, que ya hemos visto al menos cada vez que hemos ido al cine este mes ya nos ha medio destripado) si bien enocontramos algunos referenciales que no funcionan tanto (el guiñito a Titanic, lo cual justo hoy que hemos concido la muerte de James Horner resulta hasta pelín siniestro) . Junto a esta, las dos historias paralelas resultan en extemos forzadas, especialmente la relativa a los invitados que marchan a la boda en autocar (algo que no se entiende mucho...¿por qué no van todos juntos si finalmente tendran que esperarlos?), o, en el caso de la de la novia, el asunto del chantaje que parece metido con calzador para conseguir que los papeles de los novios, por separdo durante prácticamente la totalidad de la cinta, tengan igual peso.
Nos queda una película apabullante pero anticlimática, por mucho que nos sirvan un final casi calcado de muchos films de Hollywood, carrerita por el auropuerto incluida, tras un (falso) final que, casi por absurdo (incluyendo el factor talla...los que la hayan visto ya saben a lo que me refiero), resultaba más brillante que el desenlace auténtico.
Una comedia que remite a unas cuantas que ya hemos visto, y no precisamente para bien, pero que a los fans de Dani Rovira, lo mejor con diferencia, probablemente encantará.
 Una película estrenada con todo acierto en verano...y es que con tanto calor hasta el cerebro se merece algo ligerito.

lunes, 22 de junio de 2015

ICTIOKINOFILIA

La clandestinidad es algo que le sienta bien al cine. Censuras y prohibiciones nos han querido privar muchas veces de diversas muestras del séptimo arte pero el aura de lo prohibido, un aroma misterioso que entra por los sentidos y poco a poco se instala en el cerebro haciéndose irresistible vuelve de vez en cuando. En las últimas semanas esa sensación, la misma que hacía a los españoles de hace unas décadas atravesasr las fronteras para ver cintas de calidad dudosa, la misma que hacía revisar una y otra vez Gilda buscando restos de un falso striptease, o incluso provocaba que alguno denunciara una película por sus realistas efectos especiales al creer que se enfrentaba a una auténtica snuff, ha provocado estragos de nuevo. Y el resultado es que hay un nuevo club de cine en la ciudad, el Club de Cine "El pez eléctrico", cuya primera sesión (y esperamos que no la última) tuvo lugar ayer en...El pez eléctrico (C/ Pez 40...búsquenlo en Facebook) con dos dispares cintas: El último dragón y Carga maldita.
Ochentera cinta de artes marciales sobre un joven afroamericano obsesionado con Bruce Lee que, habiendo terminado los estudios con su Miyagi particular, es aleccionado por este para marchar en busca de un nuevo sensei que le haga alcanzar el nivel definitivo, la película es un divertido híbrido de artes marciales y música (no faltan ni vídeos musicales por todo el morro ni peleas en discotecas).
Con un buen puñado de personajes estrafalarios tanto en comportamiento como en atuendo (descubran el pasado oscuro de William H Macy...bueno más que oscuro fosforito), una eficaz banda sonora (con algún tema de antología), épicas peleas no exentas de chulería (con momento superguerrero incluido), buen ritmo y un humor a prueba de bomba (¡las palomitas se comen con palillos!, ¡El protagonista sufre bruceleefilia!) la película da la vuelta a unos cuantos tópicos de las artes marciales pasados por el tamiz de las peleas de bandas (con el Shogun de Harlem a la cabeza...toma castaña), logrando que una historia ceñida a los tópicos de siempre (chico quiere ser el mejor luchador, chico conoce chica, chico se vende com adalid de la paz y la acaba liando parda...) siga siendo entretenida y en ocasiones hasta sorprendente, y dejando un gran sabor de boca con las andanzas de su soso pero carissmático héroe, al que merecidamente califican ocasionalmente como Bruce Leroy. Cine divertido y bien hecho, que además sabe hasta reirse de si mismo, sin más, y eso por desgracia no es hoy tan frecuente..

De cariz muy diferente es la cinta que se proyectó a continuación, la casi ovidada película de William Friedkin, el director de El exorcista, Carga maldita
Remake de la magnífica El salario del miedo de Clouzot, con la que guarda notabilísimas diferencias (empezando porque esta es en color...el resto solo va a más) la película tarda en arrancar. Tras exponer las acciones más o menos criminales de un puñado de hombres que, huyendo de su pasado, se encuentran en un olvidado pueblo sudamericano cuya única puerta de salida parece ser conseguir el suficiente dinero y documentación para salir de allí, que solo lograrán si llevan un inestable cargamento de dianmita a un yacimiento petrolífero en llamas, la cinta pasa a convertirse en una eficaz cinta de suspense, con un brutal manejo de la tensión y una gran fuerza en sus imágenes tanto en las escenas corales (el ataque al camión, El incendio) como en las más íntimas (la conversación sobre el pasado de uno de los personajes...con trágico desenlace). Si bien la primera parte de la película es bastante desafortunada, y en algún momento hasta confusa, su última parte (en la que ocasionalmente encontraremos algún elemento surrealista como el tarzán de la carretera...por favor no se lo tengan en cuenta), aquella que tiene lugar tras ponerse al volante del transporte de esa "carga maldita" es sencillamente brillante, logrando altísimas cotas de empatía en el espectador y mostrando como pocas veces se ha hecho como el ser humano puede enfrentarse a la fuerza de los elementos, sacando además lo mejor de su exclente elenco. Un film para ver sin prisas...si aguantan hasta el momento clave se disfruta de verdad, de auténtico cine con mayúsculas.
Y con esto concluyó la primera proyección de este nuevo club al que le deseamos larga vida...busquen, busquen...no se arrepentirán.



viernes, 19 de junio de 2015

CON LICENCIA PARA ADMIRAR

Imagino que todos nos hemos criado más o menos con James Bond, y es posible que más de uno recuerde cual fue su primera aproximación al mundo del agente doble 0 (así como la cerveza). En mi caso, haciendo un ejercicio de nostalgia, y tras los pertinentes visionados en la pequeña pantalla mi primera experiencia fílmica en la pantalla grande la tuve ya bastante crecidita, y se correspondía con un nueva cara para el personaje, una que, gracias nuevamente a la televisión, no me resultaba en absoluto desconocida. Hablo de Goldeneye (1995), una cinta que disfruté en un cine que ya no existe (Los cines Avenida de Madrid, un precioso edificio que hoy...es una tienda de ropa) y que francamente echo de menos.
Con la cinta de martin Campbell (cuya segunda incursión en la franquicia, Casino Royale, el debut de Daniel Craig como Bond, supone para mí una de las mejores entregas de la serie) se abrió realmente para mí el universo Bond, y es que no hay nada como la experiencia con la luz apagada en una sala enorme, haciendo que hasta el momento no me haya perdido nigún estreno de esta saga emblemática del cine de espías...anuque alguna como Quantum of solace (el chiste malo por antonomasia, y no es mío: Cuanto sol hace) ma haya dado ganas de desertar.
Cuando apenas quedan unos meses para el estreno de la que será la vigésimovuarta película de las aventuras de Bond, Spectre, cuyo tráiler puede verse ya en algún estreno veraniego, y que promete mucho, una pequeña sorpresa ha llegado a Madrid para todos los fans,y tras su paso por medio mundo...hoy no hablamos de una película sino de una exposición: Diseñando 007. 50 años de estilo Bond.
Expuesta en el Centro Cultural de la Villa Fernán Gómez, en plena plaza de Colón, la muesra nos aproxima a buena parte del vestuario y objetos de la saga, incluyendo recreaciones de escenas, pósters y diseños originales. Aunque eso sí, no se dejen hipnotizar por el título...los cincuenta años se cumplieron en 2012.
En su primer piso ya encontramos una pequeña muestra gratuita para ponernos los diente largos que incluye el coche estrella de Bond y piezas tan jugosas como los trajes de baño más famosos de las películas de 007, los de Dr. No y Muere otro día.
Pero el meollo yace más cerca del subsuelo, con recreacines, vídeos y un 90 % de objetos originales. Así tras franquear la mirilla que abre todas las cintas de la saga nos encontramos con una sala dedicada al oro en estas películas, con una recreación de la muerte por afixia cutánea de Goldfinger, algunos premios origianles (¡un Bafta! Yo la verdad nunca había visto uno auténtico) y objetos tan emblemáticos como la pistola de Scaramanga, el recientemente desaparecido Christopher Lee. Y este es sólo el comienzo de una exposición en la que encontramos un puñado de salas temáticas cuidadosamente diseñadas (dedicadas a elementos tan recurrentes como los casinos o el hielo, o al padre del personaje literario, Ian Fleming).
Entre ellas encontramos una fantástica muestra de vestuario original diseños incluidos (con lo que podremos comprobar que algún Bond no es tan alto como parece en pantalla) en la que no faltan esmoquins y vestidos de noche (y hasata trajes de astronauta), no pudiendo faltar incluso la falda escocesa de Al servicio secreto de su majestad, ese Bond en el que el protagonista hacía cosas que otros no harían jamás (hasta casarse...y de verdad).
Tampoco faltan un buen puñado de objetos míticos como la dentadura de Tiburón, así numersosos maletines llenos de sorpresas, motos o coches,
Todo un lujo que se remata en su tienda de recuerdo donde amén del catálogo (que lo tiene) se pueden adquirir cartas, llaveros, bolígrafos e incluso trajes para bebé, para que se incien bien tempranito.
La exposición podrá verse todos los días hasta el 30 de agosto de 10 a 21h, y actualmente hay precios especiales de lunes a jueves (11€ en lugar de 15) si bien hay precios especiales para grupos, parados y jubilados...y los menores de 6 entran gratis.
Una más que excelente forma de qujitarse el vicio Bond hasta que el 6 de Nviembre...o eso dicen.

jueves, 18 de junio de 2015

A 20000 REVOLUCIONES

20.000. Se dice pronto. Un número redondo como las leguas de viaje submarino de Verne.  20.000. 
En realidad esto tendría que haberse escrito la semana pasada, poco después de lamentar la muerte del grandísimo, en todos los sentidos, Christopher Lee, pero asuntos de mayor "actualidad" que corrían más prisa, como los preestrenos de Unos días para recordar y Del revés así como los fastos de nuestra autodenominada "semana cretácica" han hecho que se fuera postergando hasta hoy, día en que ya superamos las 20600 (y contando).
Para muchos, para los medios grandes esto supondrá poco, pero para un medio liliputiense como Monigotorium 20000 visitas en un año y un mes (aproximadamente...y con aceleración continua, ya que en febrero superamos las 8000) sabe dulce y sabe a mucho. Vuestro apoyo ha hecho que durante este tiempo Monigotorium haya podido inciar un buen puñado de proyectos nuevos y seguir unos cuantos pases de prensa y festivales (y en alguno con acreditación y todo) para contaros más o menos como fueron las cosas por allí...y es que si en un principio la idea no estaba tan centrada, con las dos únicas normas que todavía cumplimos (nada de fotos, solo monigotes y los festivos no se curra), poco a poco esto se ha convertido en un blog de cine (con permiso de expomangas, expocómic y asuntos bizarros varios).
Así que antes de lo prometido me gustaría dar gracias a todos, sin ningún orden en concreto.
A todos los que habéis visitado Monigotorium  alguna vez y los que lo hacéis con frecunecia.
A la familia y amigos, de festivales o no, que os metéis sólo cuando doy mucho la lata pero sé que en el fondo me apoyáis (Mamá, Rocío, Imanol, Rafa, Paula, Josito, Pamp, Rubén, Abel, Joaquín, Iris, Nico, Antonio, Viky...y alguno que sin duda me estoy dejando) 
A R. Darkin que me encargó la portada e ilustraciones de su (nuestro) primer libro cuando esto no era ni Monigotorium (http://losreplicantesdedios.blogspot.com.es/)
A Ignacio López Vacas y Timi Abad, que confiaron en mi para poner el punto de chiste tonto en su Manual de supervivencia para cinéfagos (acordaos de los pobres cuando esto empiece a dar dinero...)
A Applehead team, editores de la segunda edición de tan flamante volumen (ahora con solapa) y que pronto sacará a la luz un bello proyecto en el que estoy involucrada (http://appleheadteam.blogspot.com.es/)
A la gente de Cinecutre y CutreCon, los primeros que consideraron Monigotorium un medio y me acreditaron.(http://www.cinecutre.com/), amén de buenos amigos.
A la gente de la muestra SyFy, que al parecer estaba de acuerdo con ellos y también me acreditó.
Al equipo del festival Nocturna y Pre Nocturna que amén de la acreditación felicitó a este blog por su avalancha de Cthulhus...si va en serio lo de la camiseta me apunto a un bombardeo (¡Gracias Luis M. Rosales!)
A isaac eilbrain666 un buen amigo que me ha regalado entradas y todo y al que le gustan tanto mis monigotes que hasta tiene uno de cabecera.
A la gente de El Palomitrón, que me ayudaron a meterme en eso de los pases de prensa y que ocasionalmente me publica una viñeta. (http://elpalomitron.com/)
A Carlos Díaz Maroto y Luis Alboreca, que me hacen sonreir con sus guiones para tiras...y espero también os hagan sonreir a vosotros.
A la gente de PopsCorn time, que nos encargó la portada de su flamante fanzine (http://www.popcornstime.com/ya-esta-aqui-popcorns-magazine/#.VXAX-mn150A.twitter)
A los miembros del ya extinto club de los 80 por vuestra amistad y darme el ánimo inicial para empezar a montar una locura como esta...a ver si nos vemos más a menudo.
A la gente de Marty Mc Fly no era un gallina por su apoyo (http://www.mcflynoeraungallina.com/) en especial a Alberto y Miriamelle, que lee mis locuras con frecuencia.
A los creadores de la mansión del terror...gente de gusto exquisito con la que algún día espero hacer una camiseta (http://www.lamansiondelterror.net/)
A Frikízate (https://frikizate.com/es/) que se adelanraron y hoy venden camiseta con monigotes de mi cosecha (http://monigotorium.blogspot.com.es/2015/05/camisetas-afrikizantes.html)
A Callao City Lights, fans confesos que nos invitaron a ver La fiesta de despedida, una de las mejores películas de este año
A todos los participantes en el concurso de aniversario...Bego theripper, pase a recoger su premio.
A Víctor Matellano, al que le gustó nuestra ilustración del Doctor Knox y con el que espero colaborar en un futuro no muy lejano.
A la gente de la Butaca Residual que nos encargó su flamante logo.
Al grupo musical A destiempo, que se atrevió y tambiém lo hizo (¡Quiro una púa!)
A Sergio Morcillo, que me dejó unirme a su "troupe" para ir a Sitges y que me retuitea con frecuencia. 
A los creadores de los fanzines Somos gilipollas y Cretino, que a veces publican nuestras idas de olla, gracias por la confianza:buscadlos en facebook.
A todos nuestros seguidores en facebook (Peñuelas Art) y twitter (@MONIGOTORIUM)
A todos los que me dejo en el tintero, y de los que probablemente me acordaré en plan "Aivá los donuts" mañana por la mañana.
 A todos. Gracias.
Y como lo prometido es deuda ahí va la imagen prometida: ¡Peñuelas sin máscara!:
 Claro que con la moda de Mad Max. Furia en la carretera, una de las películas que más me ha gustado este año no me he podido resistir al homenaje...otra vez será
Pero bueno, ha llegado la hora de lo que estabáis esperando, un pequeño regalo para todos los que nos seguís y nos sigáis, una pequeña Peñuelas para vuestros escritorios o donde os apetezca (aunque agradecería no me hicieráis vudú).

De fácil montaje, solo recortar y pegar (recomendamos el celo). Si tenéis algún problema escribidnos por facebook o twitter y os lo enviaremos en formato PDF. Y por una vez y sin que sirva de precedente ¡Mandadnos vuestras fotos!
Y de nuevo gracias. Mañana vuelve el Monigotorium de siempre. Permanezcan atentos a este canal.

miércoles, 17 de junio de 2015

CUANDO LOS DINOS ATACAN

Justo ayer hablábamos de Cutresaurios, fragasaurios, dinoporno y otras lindezas de las que ha dado de sí la que podríamos denominar dinoxplotation. Pero por supuesto a este tipo de manifestaciones siempre se opone un lado luminoso, adornado por el oropel de Hollywood y con la pátina reluciente de los efectos especiales caros y actores cuyo nombre incluso te suenan. 
Sin embargo hace ya 22 añitos un buen puñado de frikis en estado larvario aguardamos durante todo un verano y con una ilusión nada contenida la que iba a erigirse como uno de los grandes hitos generacionales de aquella época, Parque Jurásico (o Jurassic Park, pero ojo, pronunciando la j como jota, así a lo bruto) y todo era...distinto. Hasta tres veces intentamos mi madre y yo conseguir una enrada, ya que los cines se llenaban en un estornudo, pero todos los minutos de espera y todas las colas del mundo valieron ola pena. 
Sin embargo hoy las cosas han cambiado mucho...los estrenos llegan de sopetón, casi a la vez que en EE.UU., no es nada difícil conseguir entrada y hasta el blockbaster más esperado es de consumo y excreción rápida...y tras esa olvidable Jurassic world III en la que el spinosaurus de marras se paseaba al compás de un politono de móvil al fin llega la cuarta, y con un nombre nuevo que ya nos predispone a ver algo mucho, pero que mucho más grande. Hoy hablamos de Jurassic World.
Jurassic World, un inmenso zoo de dinosaurios, lleva años abierto con gran éxito. Todo funciona excelentemente e incluso el ejército se muestra interesado en usar sus animales, una vez se ha demostrado que hasta los temibles velocirraptores pueden de algún modo ser controlados. Sin embargo los inversores exigen mayores beneficios y el equipo del parque ha puesto todas sus esperanzas en un nuevo ser, el Indominus rex, una inteligente y enorme criatura creada desde cero, Sin embargo, antes de que pueda ser mostrado al público, el dinosaurio escapa matando a cualquier congénere que encuentra a su paso y arrasando todo lo que encuentra. Será el momento de evacuar y  tomar medidas extremas.
Desde sus primeros minutos Jurassic World quiere demostrarnos que todo es mucho más grande y temible en esta cuarta entrega. Si bien en las retinas de todos los espectadores ha quedado esa adorable cría de velocirraptor que nacía ante los asombrados ojos de Grant y compañía, aquí la película se abre con unos seres que incluso saliendo del huevo ya tienen todas las características de una amenazas en potencia. Si hasta los pájaros (en este caso un cuervo del que en principio solo vemos su pata, que sin ver el resto del animal se nos antoja la de un saurio) dan miedo...
Pero inmediatamente después nos encontramos en un terreno conocido. La cinta inteligentemente vuelve al espíritu de la primera, abandona las islas pobladas por salvajes monstruos y nos conduce nuevamente a la falsa tranquilidad del parque, y no ya un parque en pruebas como en la primera parte sino ya un negocio en pleno funcionamiento y lleno de turistas, con tiendas, espectáculos acuáticos (sin duda una de las más impresionantes y mejores ideas de la cinta, ese mosassurus que deja a cualquier orca en pañales) y cientos de venículos que permiten pasear a todo quisque entre los terribles lagartos.
Así encontramos todos los elementos que adornaban al ya clásico inicio de la saga: unos animales que dejan sin respiración, un persoanaje que sospecha algo va a salir rana, otro que intenta sacar algún provecho de la situación, un incauto jefe que se deja llevar más por el idealismo que por la cabeza y por supuesto un par de niños de esos que abandonarías en una isla desierta, ricos en habilidades y familiares de algún pez gordo del parque y que tienen la mala costumbre de perderse donde no deben. Todos estereotipos que se corresponden con persoanjes que ya conocimos en Parque Jurásico y que aquí ya no nos acompañan (sólo queda la presencia de John Hammond en forma de estatua en uno de los vestíbulos) y que casi nos hacen pensar más en un reboot que en una secuela.
Pero también encontramos novedades, y las mayores son las relativas al personaje de Chris Pratt, carismático y lleno de recursos (la idea de la gasolina en su primer encuentro con la nueva estrella de la función no por no ser muy original deja de ser buena). Por primera vez en la saga se deja de lado a los científicos para dar el protagonismo a un cazador, un exmilitar que casi podría ser una versión trasnochada de Frank de la jungla y que ha establecido una relación casi de hermandad con los velocirraptores ( y de los que se declara macho alpha...algo nos dice que su ego es más grande que el nuevo Indominus Rex), que dará lugar a algunos de los mejores momentos de la película.
Porque una vez la cinta nos ha conducido al terreno ya conocido de la primera parte (Todo lo que podía ir mal va peor) es cuando la película arranca de verdad, con una auténtica ensalada de bichos descontrolados pero a una escala mucho mayor que en todos sus antecedentes. Si bien en entregas anteriores los únicos que atacaban en manada eran los, por otra parte adorables, compis aquí nos encontramos con toda una bandada de pterosaurios con más hambre que cabeza, a los que se une por supuestos el Indominus y toda una manada de velocirraptores de todavía fidelidad dudosa. Un auténtico festival de bichos que encuentran y sacan a rastras al niño que llevamos dentro, que atacan a los humanos, se atacan entre ellos y que dan lugar a escenas tan eficazmente rodadas como el rastreo de los velocirraptores (los únicos capaces de encontrar a un gigantesco Indoinus que esqueiva radares) acompañados de humanos en moto o una persecución que no deja de remitirnos a la del tiranosaurio de Jurassic Park
Y por supuesto una auténtica locura final muy bien resuelta en la que no faltan autohomenajes como el uso de la bengala y que no destriparemos aquí, pero que dejará a muchos con la boca abierta.
Una peli de aventuras fresca, divertida, que nos lleva a conocer a la hermana mayor de esa historia que nos hipnotizó en nuestra infancia y preadolescencia...claro que para los que no cuenten con ese factor nostálgico perderá muchos enteror (en tal caso resten un punto). Auténtica diversión que merece disfrutarse en pantalla grande...y cuando más grande, mejor. No reparen en gastos.
El nuevo juguete de un director que nos demostró que se podía hacer una película sobre viajes en el tiempo en la que el auténtico viaje podía estar sólo en nuestras mentes (Seguridad no garantizada) pero que aquí saca toda la artillería, adornada con una impecable partitura del oscarizado Michael Giacchino en homenaje perpetuo a la de John Williams. Una secuela más que correcta que entusiasmará a grandes y pequeños si se dejan llevar por la magia de las lagartijas hiperdesarrolladas...aunque yo la verdad sigo echando de menos a Jeff Goldblum, y más al Jeff Goldblum del 93...cosas de hormonas.

martes, 16 de junio de 2015

CUTRASSIC PARK

Los dinosaurios. Esos seres gigantescos y acojonantes que nos han vuelto a la mayoría locos desde pequeñitos...dando lugar cuando hemos llegado a adultos a auténticas locuras, y por supuesto la gente del cine no es ajena a ello. En un auténtico ejercicio de paleontología (enfocada de manera un poco rara eso sí) la gente de Conejornio ha investigado el pasado fílmico de estos lagartos terribles y nos ha regalado (bueno, nos ha dejado barata) una tarde indagando en los curiosos antecedentes de esa obra maestra (y es que visto lo visto hasta mejora con los años la jodía) que es Parque Jurásico. Hoy hablamos de VHZ, la cara Z del blockbuster. Edición dinosaurios.
La sesión comenzó con un divertidísimo monólogo de Vera Montessori sobre su drama personal (al emnos a mí me lo parece) de ser una de las pocas personas no entusiasta, ni de pequeña de los dinosaurios...lo que sein embargo daría pronto para meterse en harina y hacer una pequeña reflexión sobre el porno (literario) con dinosaurios, que ha dado para obras como Taken by the T-Rex (todavía estamos esperando 50 sombras de velocirraptor o similar) y que daría paso a un corto de producción propia, Pichote jurásico.

Auténtico canto a la adolescencia de los 90, fusionando Jurassic Park, las hormonas desatadas y un claro homenaje a Canino, el corto disecciona, reparando en gastos eso sí, el lado más erótico del film de Spielberg (según los créditos, de su homólogo mejicano no sindicado) con buen humor, música a capella y una interpretación de la señorita Montessori (y un individuo con pijama amarillo con manchas verdes que todavía está siendo identificado) que quedarán para los anales (todo junto por favor) de la caspa ibérica.
Después llegaría la parte intelectual con un recopilatorio de trailers auténticos de películas de saurios en la que el repetable experimentó un sorprendente dejà vú cuando pudimos ver la misma lucha entre un varano superdesarrollado y un cocodrilotrodon (vamos, un cocodrilillo con espina dorsal pegada) y el mismo despeñamiento de uno de esros saurios hasta en tres momentos distintos, casi más veces que se repetían las expresiones ¡La isla de los dinosaurios! y ¡Serpiente de mar!.

Con unos subtítulos a su altura (¡viva el cutresaurio) y un estado de cachondeo ya latente el montaje daría paso a la ponencia de Carlos "Oso" Palencia sobre los distintos géneros cinematográficos que se han visto contaminados por el universos dinoraúsico, ya desde los tiempos de los fragasaurios, del thriller a la comedia romántica y que han dado lugar a auténticas macedonias en fase de extinción para desembocar nuevamente, y por supuesto, en el porno, con dos muestras indescriptibles para aquellos que no estuvieran allí. Punto extra para el sistema de censura, del que no se había visto cosa igual desde el cine japonés de los 60 (ahí está Onibaba y su pompón gigante), y que le den el doctorado en saurokinología a Carlos Palencia pero ya.

Y tras el shock generalizado llegó la hora del prometido plato fuerte, la cinta El planeta de los dinosaurios
Curiosa cinta de ciencia ficción sobre un grupo de híbridos entre los power rangers bajos de forma y el grupo Parchís que, en cariñoso homenaje a El planeta de los simios, se la pega con nave y todo en un lago en medio de un inhóspito planeta para toparse con la fauna local que les llevará por el camino de la amargura. Con efectos especiales tradicionales, cansinos diálogos, hombres sin camiseta, empresarios, becarias y más de una empalizada la película demostrará que dinosaurios y largos diálogos no maridan bien, todo acompañado de una desasosegante banda sonora, en ocasiones con una percusión calcada de algún éxito de siempre (maravilloso el momento Stand by me versión norooke por parte del respetable). Una película para sacarle punta en plan lanza si bien puede decirse que en ocasiones es más pesada que la Edad de Piedra.
Y con esto concluyó la función, pero debido al gran éxito ya nos han prometido otra para el 11 de julio con ocasión del estreno de la nueva de Terminator...y promete ser igualmente memorable...Monigotorium estará allí.

 

lunes, 15 de junio de 2015

DANDO LA VUELTA

La compañía Pixae siempre ha conectado particularmente bien con los niños. Desde la deslumbrante Toy Story (y sus secuelas por supuesto) o Monsters S.A. en las que algunas de las fantasías infantiles más recurrentes, la de los juguetes con vida propia y los monstruos de dentro del armario, se hacían realidad, a personajes como Nemo (que no deja de ser un niño con aletas), el pequeño explorador de Up Russell o la preadolescente Violet de Los increíbles, los niños se han erigido en un pilar insustituible de un imaginario que hipnotiza tanto a los mismos niños como a los adultos. Sin embargo tras unos años en que los frutos de Pixar parecían haber perdido fuerza con secuelas (eso sí, salvando la brillantísima Toy Story 3) o acercamientos a subgéneros que en inicio habían dejado de lado (las princesas, con Brave) una nueva perla se añade a una trayectoria particularmente brillante...hoy hablamos de Del revés (Inside out) y el corto que la precede, Lava.
Lava cuenta a través de una canción la trágica de historia de un volcán en medio del océano que cada día, observando como todos los animales marinos e incluso las nubes tienen pareja, canta sobre su esperanza de encontrar alguien para él, sin saber quien le puede estar escuchando. De brillantísima factura técnica (grandísimo el momento en que se nos muestra el paso del tiempo sólo a través del movimietno de las nubes), canción pegadiza (con un juego de palabras entre lava y love que imagino se perderá en la versión doblada) y todo el encanto de un cuento tradicional (solo que con un protagonista en absoluto convencional) nos encontramos a un corto que nos devuelve lo mejor de sus creadores.
Pero el plato fuerte de la sesión es Del revés
Alegría ha acompañado a Riley desde el momento en que nació. O más bien ha vivido siempre en su cabeza, viendo como esta crecía, a la par que iban apareciendo nuevas emociones como Tristeza, Asco, Ira y Miedo, cada una con su propia función. Sin embargo cuando Riley se ve obligada a mudarse con sus padres desde Minnesota, donde tiene a sus amigos y su equipo de hockey, a San Francisco todo parecer descontrolarse, y más cuando, durante la crisis que supone el primer día en su nuevo colegio, Alegría y Tristeza se encuentren perdidas en la mente de la niña y sin saber como regresar al centro que lo regula todo.
Del revés es un brillante acercamiento al complicado mundo de las emociones humanas. Si bien elementos somo las neuronas o esa conciencia personificada en ángel y diablo nunca han sido elementos ajenos al universo animado esta cinta se permite dar un paso más personificando cinco emociiones básicas, a través de unos personajes simpáticos y de gran carisma, cada uno identificado con un color básico (con la excepción de Alegría que parece ser la jefa de la mente de Riley, y que al dorado básico incorpora azul y verde). 
Este imaginativo punto de partida será el que abra todo un tornado de ideas, estableciendo dos mundos, el del cerebro (o del alma casi podríamos decir) y el munco real (el de la niña), ambos con un fuerte contraste tanto en diseño como en color (si bien la gama de ambos se va apagando a medida que la historia se torna más siniestra) y que están reflejados con la brillantez visual a la que Pixar nos tiene (mal) acostumbrados.
Encontramos así un extraño viaje, en un momento tan crucial como puede ser la primera mudanza y en una etapa tan conflictiva como es el comienzo de la adolescencia, que nos llevará de la parte más externa y conocida de la mente, las emociones, a todos sus recovecos, en los que no pueden faltar lugares tan alegres como Imaginolandia (maravillosa la idea del novio ideal que sale en serie de una máquina) a los más oscuros abismos del inconsciente cuyos horrores guardan unas ciclópeas puertas (no destriparemos el qué exactamente, pero seguramente es algo que ronda las ideas de muchos y que es presentado de una manera realmente monstruosa), y entre los que moran recuerdoa más o menos prescindibles representados a través de unas luminosas bolas de cristal (genial la idea de la cancioncilla de anuncio que no para de volver una y otra vez a la mente, y que vuelve locas a las emociones, y no precisamente para bien), dejà vús, trenes de fantasía y por supuesto ese ente inolvidable que es el amigo imaginario, aquí un curioso híbrido entre algodón de azúcar, gato y delfín (algo que sin embargo no se ve a simple vista y que supone uno de los mejores gags de la película) que resulta uno de los personajes más inolvidables de la cinta.
Una auténtica delicia para los sentidos y un ejercicio impecable de la imaginación Del revés es una de esas obras que si bien parecen inicilamente orientadas al público infantil entusiasmará al adulto, con sus curiosas representaciones de los mecanismos cerebrales a los que se incorporan elementos que no pueden faltar en la mente de cualquier niña normal (ahí está el unicornio de melena arcoiris, la estrella del mundo de los sueños), haciendo de esta una película tan original como divertida, y que expande tremendamente su mundo cuando, en sus últimos momentos, nos revela el interior de las mentes de otros personaejs tanto humanos como animales, y que tienes su remate al inicio de los títulos de crédito (no se vayan de golpe en cuanto termine el film...descubrirán como funciona realmente la mente de un gato. Mítico).
Una nueva cinta de animación que está llamada a ser un clásico instantáneo.
La segunda gran sorpresa que nos da la anumación de calidad este año tras Song of the sea, una maravilla de esas que dejan huella.
Inside out se estrena en España el 17 de julio.