Parece que el equipo de CineCutre se ha olido algo y, a pesar de que el grueso de las cintas que presenta en sus deliciosos Trash-o-ramas suelen venir del Sudeste asiático, esta vez a la hora de enfocar el cuarto han optado por el oriente más occidental y nos han regalado el pasado sábado dos películas provenientes de Turquía...y con ello han esquivado la mala suerte (y el fútbol, lo que es todavía más difícil) dejándonos una de sus sesiones más descacharrantes.
Por eso hoy hablmos de dos perlas de oriente cuyos títulos originales vamos a ignorar tan completamente como estas ignoran los derechos de autor, hoy hablamos de las popuñarmente conocidas como Stas wars turca y Superman turco.
Una fanfarria conocida, unos títulos de crédito hechos con más buena voluntad que pericia (¿eso es una cartulina?), unas imágenes del episodio cuatro (como parece que se conoce ahora) que parecen grabadas con el móvil de tu abuela (ese que todavía no te explicas como tiene la función grabar vídeo), un prólogo que no parece tener mucho sentido...todo esto abre la inclasificable epopeya que viven en una galaxia más bien cercana (al parecer una tierra hecha pedacitos tras una explosión ligeramente atómica tiempo ha no anda muy lejos) una pareja de briosos pilotos espaciales con unas increíbles habilidades saltimbanquis, pelazo y una peligrosa tendencia a la gemofilia (o como se llame lo que hacen con las piedras...francamente preocupante.).. Su enfrentamiento a un mago vestido de extra de documental étnico de la 2 que pretende dominar el mundo con la ayuda de sus esbirros momias, osos no amorosos gigantes de color magenta y otras criaturas marcarán una historia de aventuras, amor (con poca chicha eso sí) y mucha diversión.
Con una banda sonora original cuya originalidad brilla por su ausencia, en la que podemos reconocer por supuesto las composiciones de John Williams para La guerra de las galaxias e Indiana Jones (que quedan bien y todo...valen lo mismo para un roto que para un descosido) a las que no dudan en sumar las de Ben Hur o El planeta de los simios entre otras, la película es un curioso híbrido de ciencia ficción y aventuras que casi parece hacernos pensar en una versión primigenia de John Carter de Marte (que por cierto no es ni la mitad de divertida que esta) y que lo tiene todo, hasta las pirámides de Egipto en plena Capadocia, y sin sonrojo alguno.
Masillas espaciales con atuendos del todo a 100 (¿es eso un embudo pintado de purpurina?), diálogos grandielocuentes (de traca aquel sobre la gente que no sabe divertirse), elipsis incomprensibles,planos recorados de la peli original a los que se superponen imágenes de los actores de esta magna obra, artísticos planos de elegantes saltos y un montaje revolucionario que haría a Warhol replantearse toda su (breve) filmografía salpimentan una obra que no debería perderse ningún fan del género...sea el que sea este, todavíano está muy claro.
Y tras un breve homenaje al montaje del entrenamiento que al parecer se rodó previamente al combate entre una de las almas de Trash-o-rama, Carlos Palencia Y Uwe Boll (pregúntenle a él...a mí todavía me chirría algo en el fondo del cerebro) llegaría el Superman turco.
Inenarrable ¿homenaje? al Superman original y con unos créditos que parece haber recortado...digo montado el autor de los del Star Wars turco la cinta no puede tener un comienzo mejor, con un Krypton a base de bombillitas de navidad, unos Kent plenamente enraizado en el terruño (punto extra para una mamá Kent que le prepara un durum gigante a su niño para el viaje) y una fortaleza de la soledad con poco espacio para lucecitas y tonterías (nuevamente la Capadocia) en la que mora un espíritu de Jor-El que necesita con urgencia una prótesis dental nueva.
Entre ellos nuestro héroe, un desgarbado adolescente (si es que acaba de dejar el cole y ya quiere meterse a periodista...y para colmo según nuestro cálculos, inspirados en los diálogos originales debe tener 7 años, aunque está pelín crecidito) que nos recuerda mogollón al protagonista de Jamie Marks is dead (que se pudo disfrutar, aunque no sé si es la palabra adecuada, en la pasada Muestra SyFy) y que se enfrentará a la habitual debacle de hija de científico que me pone está en apuros porque su padre es el único que puede ayudar a un supervillano que pretende dominar el universo (muahahaw), en este caso un sosias de Luthor con pelo que intenta usar la kryptonita para trasmutar objetos en oro (ojo, seres vivos no...en la escena más dramática del film un inocente felino queda reducido a polvo tras ser usado, irónicamente, como conejillo de Indias).
Un zuténtico divertimento que recomendamos no ver solo jamás, pero que, por una vez y sin que sirva de precedente, desmerece ante un superproducto patrio, el Supersonic Man de Juan Piquer Simón, cuyo visionado desde aquí recomendamos. Sin embargo ha dejado el pabellóna alto y a nosotros muchas ganas de conocer a otros superhéroes de cosecha turca como Batman (turco) o Spiderman (turco).
Una gratísisma tarde para el recuerdo con momentos memorables como el encendido discurso de Oso sobre las bondades del Star Wars turco, una obra según él capaz de acabar con todos los conflictos humanos e interespaciales (algo realmente concebible hasta la parte en que dicen que el cristianismo viene de los Aztecas...no, no me lo estoy inventando...y es que si lo estás pasando tan bien viendo una película como esta pocas ganas te quedan de pegarte con alguien) o la presentación de la proyección en exclusiva de The Room.
Y es que para matar el gusanillo hasta el próximo Trash-o-rama, que lo habrá, o más bien, para asesinarlo sin piedad alguna, el próximo día 30 a las 10 de la noche en la Sala Artistic Metropol (Cigarreras 6) se proyectará esta magna obra con show interactivo y todo. Una ocasión especial que no deben perderse...¿qué? ¿que ese día se estrenan Los Vengadores? Queda todo un puente después para vengarse...entradas en https://www.ticketea.com/the-room/. Monigotorium estará allí y espero que vosotros también.
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