Legos del Monigotorium

jueves, 12 de febrero de 2015

MISILES Y LÁGRIMAS

¿Alguien recuerda Pineapple Express (aquí bautizada con gran imaginación como Superfumados)? Tal vez les suene parte de su reparto y equipo, unos tales Seth Rogen, James Franco y Evan Goldberg, entre otros, que por estos lares pasó con más pena que gloria (nominada a un globo de oro que por supuesto no se llevó)...sin embargo ahora nos planteamos que hubiera pasado si a alguien le hubiera dado por prohibirla o boicotearla, porque es exactamente lo que ha pasado con la última obra de este grupo de cineastas que seguramente ya les sonará, al menos si ven la tele de vez en cuando...hoy hablamos de The interview.
Tras un comienzo de antología, en el que una candorosa niña entona una dulce canción cuyos subtítulos dejan espacio para pocos equívocos, la película nos cuenta la historia de una pareja de  exitosos periodistas sensacionalistas, presentador y coordinador, denostados por sus más serios compañeros de profesión pero amados por un público entre el que se encuentra, según sus declaracioes, el mismísimo Kim Jong-Um, la excusa perfecta para pedirle una entrevista exclusiva y demostrar que pueden ser periodistas de prestigio...solo que la cosa se complicará cuando la C.I.A. se presente para solicitar una trabajito estra: el asesinato del entrevistado. Quitando las controversias que ha suscitado la misma, y a la que, franqueando la barrera de la mayor o menor calidad, nunca ha sido ajena la comedia con tintes políticos en general (la muy recuperable Operación Canadá, de un Moore preColumbine o La cortina de humo) y sobre dictaduras en particular (entre la que encontramos obras tan variopintas como Ser o no ser, El gran dictadot, Ninotchka, La vida es bella o Team América), la cinta se mueve entre distintos niveles, hacindo mofa tanto de unos regímenes dictatoriales personificados en el de Corea del Norte (siendo el meollo las incongruencias de un culto al líder extremo con ribetes escatológicos elevados al máximo, en este caso la ausencia de ojete, así como lo oyen) como de un periodismo frívolo que tiene en los famosos de toda índole su campo de batalla (lo que nos deja alguno de los momentos más divertidos de la película como la entrevista a un Eminem que explica los malentendidos que generan sus letras), pero siempre manteniéndose en niveles más propios de una comedia de veinteañeros (al menos los personajes, bastante más talluditos, se comportan como tales, como vemos en el primer día en el palacio de Kim Jong-Um en el que juegan al baloncesto y se ponen hasta arriba de margaritas, o en las referencia a Katy Perry...elecciones musicales y un metraje rico en cámaras lentas y otros recursos de videoclip no dejan lugar a dudas), sin arañar en profundidad en el conflicto real (que sólo reconocerá abiertamente uno de los personajes tras descubrir...un montón de frutas falsas, y es el momento de mayor dramatismo de la cinta), que sólo conoceremos por referencias y que nunca se hace realmente tangible en el metraje. Nos queda así una comedia con algún momento memorable como la imitación de Gollum o el chiste Stallone-Stalin, pero que carece del buen toque de amargor de las buenas cintas del género, a la que no le cuesta infantilizar a sus personajes, tanto héroes como villanos, que realmente, como si de un Disney se tratase sólo quieren que los quieran (literalmente...vease la escena del perrito) y que si bien parece en un primer momento haber hecho de su bandera lo políticamente incorrecto este adopta un cariz amable, con chistes fáciles de sexo y droga (la ocultación del pequeño misil que transporta el veneno...en ese oscuro recoveco que todos tienen en mente) y no deja caer ese hachazo que ha hecho grande la comedia política, dando en ocasiones la impresión de que casi estmos viendo un cóctel de varias películas, moviéndose con rápidez entre tonos heterogenos como vemos en gags de calado tan distinto como el de los niños guitarristas, el de la entrevista a Rob Lowe.o un enfrentamiento final digno de un James Bond trasnochado...y con incluso un par de fallos de guión (como por qué no dejan de grabar las cámaras del estudio en un momento concreto de la entrevista o el nivel de inglés del pueblo norcoreano, idiona en el quese realizará el programa, esencial para conseguir el objetivo del nuevo plan de los periodistas). The interview es una obra menos incisiva de lo que parece en un primer momento, si bien en algunas partes es muy divertida, pero que por lo menos finalmente ha llegado a la pantalla grande, quitánodnos la espinita de una prohibición exagerada y, como todas las censuras absurda, y que sólo ha conseguido encumbrarla a una categoría de icono de la libertad de expresión que no merecería en un principio.
Lo prohibido elevado a curiosidad fílmica...Team América, con Kim Jong-Il, versión marioneta, tenía más mal café y era mucho más divertida, un buen momento para recuperarla.

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