El libro nos obsesionó. Corman y Price nos malacostumbraron a una visión diferente. Y más tarde llegaron los Simpsons y lo remataron en forma de poema. Los relatos de Poe nunca nos han sido muy ajenos, y cuando pensábamos que lo habíamos visto casi todo quedaba algo por ver, algo que, al menos en España, no se había estrenado jamás. Se trata de la ínédita en nuestros cines Murders in the Rue Morgue (1971), una cinta que, irónicamente, fue rodada en España pero jamás llegó a ver la luz en nuestros cines hasta que el pasado sábado, en que tal error se subsanó con la proyección en el cine Artistic Metropol (Cigarreras 6) y en una de sus SFW Fright nights, con la presencia de su diseñador de producción Jose Luis Galicia y el director y escritor Víctor Matellano, que hizo una breve introducción. Todo un lujo.
La cinta parte de algo que nos resulta muy familiar, un feroz primate enjaulado que tras un breve forcejeo se libra de su prisión y se abalanza sobre una joven que está siendo torturada por un misterioso hombre, pero nada es lo que parece, y lo que estamos observando, y que sólo sabremos tras abandonar la cuarta pared para esuchar el grito de una aterrada espectadora, es una obra de corte grandguignolesco y es lo más cerca que estaremos del relato original de Poe. A pesar de su título estos asesinatos tienen poco, por no decir nada con el original de Poe. Olviden a Dupin y el clásico crimen (casi) irresoluble de habitación cerrada, pues nada de eso se encuentra aquí, con una serie de asesinatos que parecen pivotar en torno a uno de los miembros de la compañía cuya esposa sufre unas extrañas pesadillas, con un investigador que aquí es Vidocq (pero por favor, olviden la posterios película homónima) y un asesino que tiene mucho más de humano que de animal por mucho que en un primer momento tome prestado un disfraz de gorila. Y es que nos encontramos de un film más cercano, y como veremos con más claridad a medida que avanza su metraje al Fantasma de la ópera, con un personaje marcado por heridas físicas y espirituales que le convierten en un criminal (y que aquí no carece ni de máscara ni de teatro, acentuando el simil) que al universo de Poe. Producción con ese exquisito arojma añejo, con un cuidado diseño de producción y vestuario que ayudan a sumergirnos rápidamente en una trama que si bien en un primer momento parece muy clara (asesinatos interconectados fruto de un terrible suceso del pasado que se nos revela poco a poco) a posteriori nos daremos cuenta que juega con elementos que casi podríamos tildar de flashforward (o de premoniciones), dotándola de un toque francamente original. Se trata de una película que cuenta con imágenes muy poderosas, sabiendo jugar con elementos propios del teatro (la imagen recurrente del cuerpo que cae y cuya identidad sólo conoceremos al final) o la feria (el asesinato en el tiovivo) y que la dotan de un particular encanto, si bien hay otros que a nivel argumental, aun estando perfectamente encuadrados en estos mundos, se vuelven escesivamnte fantásticos (la explicación de como uno de los personajes es dado por muerto) aun remitiendo a otros clásicos (el empleo del ácido, visto en El fantasma de la ópera de la Universal, o, en su vertiente más extrema, en House of Haunted Hill) y que nos apartan ligeramente de una trama que, en su sordidez tiene más de policiaca que de sobrenatural, si bien investigan más las víctimas potenciales que los propios representantes del orden y las desosegantes imágenes de las recurrentes pesadillas pueden en un primer momento indicar otra cosa. Una película clásica en formas, con momentos y escenarios de gran belleza, que sin duda atraerá a los devotos del espíritu de la casa Hammer con una Rue Morgue que se aleja de la que habríamos prefigurado en un pricipio, pero que visto el resultado deurante el visionado tampoco echamos de menos.
Para amantes del fantástico más clásico, un policiaco con toques de terror que no decepciona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario