Había pasado el fin de semana...las grandes masas abandonaban el pueblecito y este quedaba prisionero de las garras de un buen puñado de cinéfagos insomnes. Sin enbargo la primera cinta a la que nos enfrentábamos (al menos los no muy madrugadores) no tenía un título prometedor eh demasía, y encima en horario de sobremesa...se trata de Homeymoon.
Tierna historia de una parejita que decide pasar su luna de miel en una cabaña en lo profundo del bosque (lo que no me cansaré de repetir, nunca es buena idea) la cinta empieza a animarse cuando a la recién casada le da por hacer numeritos sonámbulos noche sí noche también en lo que resulta ser una abducción alienígena corta de medios (apenas un foco y ya en el climax un asquerosillo efecto especial que no destriparemos aquí). Hecha con más voluntad que medios su ritmo excesivamente pausado, la poca empatía de sus personajes y elementos que más que a la inquietud mueven a la risa (ese diario) acaban de destrozar una película que no llega a despegar del todo, ni con la ayuda del platillo. Malos tiempos para los alienígenas en Sitges.
La jornada seguía con un film de críptico nombre, 71', y su sipnosis inicial en torno a los conflictos en Belfast nos hacía preguntarnos que pintaba en un festival de corte fantástico.
¿La respuesta?Nada. Una gran película con buena acción, personajes muy humanos y escenas que sacudirán la retina del más avezado (la explosión del pub y sus terribles consecuencias), rodada con un ritmo y una trama que nos hace temer realmente por la suerte del (involuntario) protagonista, un soldado perdido en una ciudad desconocida llena de enemigos. Y al parecer ya está confirmado su estreno comercial en España, así que ya sabéis...buena cinta de corte bélico atípico muy recomendable, pero los elementos fantásticos brillan por su ausencia.
Día breve, el lunes concluiría con The voices, obra de mi admirada dibujante metida a directora marjane Satrapi
Comedia negrísima en torno a un humilde trabajador de una fábrica de bañeras con un desorden psicológico que le hace escuchar voces de animales como las de sus mascotas entre otras idas de olla, que finalmente le convertirán en asesino en serie la película, con un divertido punto de partida pronto se revela como un proyecto de corto que se estira más que el chicle. Repetitiva (las conversaciones entre perro y gato terminan siendo la misma) y menos graciosa de lo que parece creerse la película alcanza un punto previsible que no la favorece en absoluto. Punto extra para esa casa del protagonista que, cuando este la ve bajo el efecto de su medicación o la observan personas ajenas, parece casi merecedora de un giallo crepuscular.
Día flojito (tres pelis y la mejor fantástica precisamente no era) el día siguiente empezaba con una cinta de esas que llegan con prestigio, Jamie marks is dead.
Con una escena inicial inquietante (el hallazgo del cadáver de...bueno el título ya es un spoiler en si) la película comienza como un sosegado cuento de fantasmas que poco a poco va adoptando un ramalazo crepusculiano. Con alguna escena muy perturbadora (la fantasma de las cerillas, lo mejor de la película con creces) la película sin embargo no alcanza el climax que prometía en un comienzo y en algún momento pretendidamente emotivo alcanza altas cotas de ridiculez (el primer intento de relación sexual de la parejita protagonista)...con elementos comunes con la magnífica Déjame entrar (allí vampiro, aquí fantasma) no llega a su nivel emotivo, aunque lo haya intentado.
Y por fin, por fin, llegó lo que se esperaba tras día y medio de quiero y no puedo...¿su título? Good night mommy
Ahorrénse el chiste de "buenas noches momia". Tras una breve escena en la que una familia ataviada con trajes folklóricos canta una nana (no sé porqué me vino a la cabeza La cinta blanca) la película empieza con una serie de bellas imágenes de unos gemelos jugando. Todo es luminoso y divertido. Y de pronto entra en escena la oscuridad en forma de una vendada hasta las cejas madre cuyo extraño comportamiento hará dudar a los hermanos si esta mujer se trata realmente de su progenitora. Así comienza este casi gótico cuento que pronto alcanza un buen giro con alguna de las escenas más salvajes que se han visto en el cine reciente (no volveréis a mirar un tubo de pegamento de la misma manera) y una brutalidad más psicológica que física que nos remite al mejor Haneke (estos austriacos...). Amargo y delicioso caramelo para paladares avezados, con sorpresita final (muy bien hilada, inconscientemente lo sabemos pero nos negamos a creerlo) y todo. De lo mejor de Sitges.
Y para rematar el día una pequeña ración de cine oriental...hablamos de la coreana No tears for the dead
Cine de mafiosos y venganzas, a lo que estamos acostumbrados, aunque el punto original viene de una brutal escena inicial en que un sicario en uno de sus trabajos mata accidentalmente a una niña pequeña...para después verse obligado a eliminar a la madre de esta, poderosa mujer con una extraña fijación con la canción Danny boy (que anda que no es raro que enseñes a tu niña una canción propia de funerales para que la cante en la obra del colegio). El conflicto personal que esto provoca en los protagonistas (un asesino desarraigado y una mujer rota con tendencias suicidas) le dan un punto interesante a una película que no deja de contarnos algo que los coreanos nos llevan contando muchos años (con honrosísimas excepciones como I saw the devil), con buenas escenas de acción y alguna pequeña sorpresa. Para los fans del género y para el recuerdo la llamativa inclusión de diálogos en castellano (en la versión original por supuesto)
Y con esto terminó el quinto día...y los dientes se poniían largos al pensar en los siguientes...
(CONTINUARÄ)
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