Buenos antecedentes. Premios pasados y futuros. Entrevistas, carteles y anuncios a gogó. Repotajes exclusivos con fotos bonitas. Sólo faltaba la cuenta atrás en la esquina del televisor y furgonetas gritando la buena nueva por las calles. La saturación llegaba a su máximo apogeo y eso que no era una cinta de superhéroes. Y por fin se resolvió el misterio...llega a la gran pantalla (sí, esa de pago...bueno no, que canales de pago haberlos haylos, sólo que de eso no gasto) El niño.
Daniel Monzón es un director que, a pesar de su todavía breve filmografía, se suele decantar por géneros poco amigos del cine español a los que suele añadir su aliño local (como la fantasía heroica de El corazón del guerrero) y esta vez se nota que se ha dado el gusto de hacer su propia versión del tan familiar cine negro en el corazón de la frontera...como las fronteras con Portugal y Francia suelen ser más amigables ha optado por la más exótica y salvaje, y se ha dado el gusto de crear una película de transfondo clásico inscrita en un ambiente que a la vea nos resulta familiar y desconcisdo. La idea de entrada es muy buena, universalidad y localismo son dos realidades que hermanan bien ( a la cabeza me viene El satanismo madrileño d El día de la bestia... creo que Baudelaire tenía algo relativo que decir) y en el caso de El niño lo consigue con diálogos, algunos muy divertidos, veristas y de fuerte acento (esos compis) y un buen uso de las ambientaciones que le proporciona la zona ( no sólo ese inmenso y temible mar sino otros como los túneles de la II Guerra Mundial). Nos encontramos así con una película rica en medios, con actores creíbles, escenas de acción bien coreografiadas ( increíble la segunda del helicóptero y la nave llena de paquetes de droga) y algún plano sorprendente (el del cadáver colgado...que en breve descubrimos como decapitado) pero que pronto se revela como un capricho de autor. Sí, es un puzzle con piezas bien confeccionadas, pero cuyo conjunto carece de la fuerza de sus partes individuales y que en ocasiones parece pecar casi de recursos de manual (esos amores en la playa que parecen casi el equivalente marino del polvo con chimenea), conduciéndonos a un final más blando que el que preveíamos en un principio (ya saben lo que suele pasar con los secundarios sinpáticos), una auténtica lástima para una película que prometía tanto...o precisamente por eso, por lo tanto que prometía no llega a las espectativas que generó. Eso sí, si tienen medianamente ganas de verla no esperen al estreno en la televisión...con sus bondades y defectos es una película con esos momentos que merecen verse en una pantalla cuanto más grande mejor.
Bien hecha y con mimo pero sin sorpresas...muy lejos de esa obra maestra que nos llevan prometiendo desde junio...aunque seguro que se lo han pasado pipa haciéndola.
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