Un hospital, un niño solitario, una madre moribunda...sí, podría ser un culebrón de sobremesa cualquieta, de esos "basados en hechos reales" pero la realidad que sigue a partir de este momento va a ser muy distinta...en menos de cinco minutos han pasado 26 años y estamos en el espacio sideral, pateando astroratas (o como se llamen esos bichos) a ritmo de un walkman de la mano del autodenominado Star-lord. La transición ha sido tápida, indolora y ha quedado muy bien. Partiendo de una escena intimista nos vemos abocados a la aventura que nos llevan prometiendo los anuncios de la cinta desde principio de verano. Nos encontramos con una película que es entretenimiento en estado puro, con buenas escenas de acción y chistes de esos que se sientan bien al género (memorable el de la pierna protésica) pero que sobre todo destaca por la caracterización de sus personajes, incluso de aquellos que no tienen (casi) diálogos como Groot (estamos acostumbrados a esa combinación de personaje incomprensible que solo entiende uno del grupo como sucede con Groot y Rocket, pero matices como la última frase antes de la explosión o la sonrisa casi de niño grande tras ensartar y liquidar a un puñado de enemigos son realmente memorables), creando un puñado de protagonistas que, si bien hay ocasiones en que actúan como auténticos anormales (la llamadita telefónica de Drax) su humanidad facilita una buena empatía con el espectador. Y es que el equilibrio entre el drama más o menos intimista ( la caída de la barrera de pilotos ante la nava de Ronan y la reacción de Nova Prime ante en lo que, en su gráfico, son apenas puntitos rojos, el rescate de Gamora...), la acción y la comedia (la presentación de los presos) le dan el punto que hace que pase de una mera adaptación de la marvel a un entretenimiento con mayúsculas, en el que hasta escenas que a priori podrían resultar ridículas quedan bien en la coherencia del film (distraer al enemigo final...¿bailando?). Se trata de un gran blockbuster veraniego, con explosiones y peleas (eso sí, abusando en ocasiones de la cámara lenta, algo a lo que no parecen poder renunciar), buen ritmo, diálogos ingeniosos y una historia que sin ser de una originalidad extrema nunca pierde el interés, y de la que no podemos dejar de resaltar el homenaje continuo a los años 80, década en la que es abducido Star-Lord, tanto en forma de una bien elegida banda sonora como de referencias visuales (los trolls) o en los diálogos (ese Footloose). Una delicia.
Para (no tan) niños de los 80 y otras edades...si sólo puedes ver un blockbuster este verano que sea este....y por supuesto hay que quedarxe hasta el final, que tiene su sorpresita como nos tienen (mal) acostumbrados.
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