Cuando una película de terror de éxito entra por la puerta su secuela salta por la ventana...es el caso de La purga. La noche de las bestias, que a pesar de su buen punto de partida (con lagunas, eso sí: si yo este año me dedico a montarla nadie le impide a la familia de mis víctimas hacerme una visita al año siguiente) pero menos alentador desarrollo, en gran parte motivado por unos personajes que generan una empatía cero, este año ha generado su primera secuela (y digo primera porque los responsables amenazn con hacer entregas anuales, a lo Paranormal activity), que extrañamente no se llama La purga 2. El retorno sino Anarchy. La noche de las bestias.
Si bien la primera parte era más cercana al género del terror (en concreto rama home invaders) y se desarrollaba prácticamente en un único escenario, dentro del barrio de los ricos, la segunda opta por la lógica (lo de los asesinos y la familia encerrada a cal y canto no daba más de sí) y decide dar un paso más allá llevando la acción, más cercana a la utopía distópica y el cine de acción, a un terreno más grande. Sí, esta película se desarrolla en un espacio más grande (toda la ciudad), tiene más personajes y es más larga pero como la lógica siempre nos ha dicho más no es mejor y la lógica no suele equivocarse. Así nos encontramos con una secuela aburrida y previsible, que si bien tiene algún destellito de brillantez (la inmaculada purga del abuelo) y alguna nota divertida ( la maestra de subastas) no acaba de darnos ninguna sorpresa (y menos comparada con la de la llegada de los vecinos en la primera parte, de lo poco reseñable en esta entrega), moviéndose en terrenos que nos son familiares y sin demasiada brillantez tampoco en unas escenas de acción que pretenden ser parte de las señas de identidad de esta cinta, que parece más interesada en recrearse en los detalles de su ambientación (esos planos eternos de las máscaras de los que podríamos llamar "purgantes", aunque según el parlamento que recitan antes de sus matanzas deberían llamarse "purgados") que en darle un nuevo giro a una saga que no parece saber explorar convenientemente su original idea primigenia. Y de sus manidos personajes ya ni hablamos, la porra de quien muere y del final del maquiavélico plan del Rambo de turno ni tiene emoción. Separándose mucho de la original no parece satisfactoria para los fans de la misma y tampoco parece tener lo necesario para atraer un nuevo público, al menos uno medianamente exigente.
Para legos en la materia que no pidan mucho, que seguro que le ven más cosas buenas de las que apreciamos por aquí...si aún así tienen ganas de secuelas creo que el miércoles empiezan a echar en la tele la segunda tanda de la serie de los Vikingos y esa me han contado que sí que merece la pena...
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