El que haya visto la original no va a encontrar muchas sorpresas. Comedia pura y dura con su ración de humor negro y su trasfondo romántico, con la salvedad de una excepción: ahora estamos ante un musical. Con unas canciones pegadizas y un buen cuerpo de baile, que sin embargo opta más por la falsamente descontrolada multitud que por coreografías al estilo clásico como sí hacían otros musicales relativamente recientes como "LaLaLand" (llama la atención además lo poco que bailan los protagonistas y principales secundarios, más centrados en la interpretación de las canciones), "Chicas malas" es una película ligera que sabe hacer buen uso de los recursos del género. A ello hay que sumar además como la historia ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, dando gran importancia a las redes sociales (algo que también supo hacer con acierto el remake de " Carrie") haciendo de esta una historia que no ha perdido vigencia dos décadas después de la versión protagonizada por Lindsay Lohan.
En una cinta en la que brillan particularmente la villana de la función (una Renée Rapp mucho más volcánica que la Regina previa y que domina la obra desde su mismo cartel) o el tandem de amigos Janis-Damian y que no renuncia a los cameos la nueva "Chicas malas" es una buen revisión de esta cinta de culto y reconocido placer culpable que fue la película homónima. Para los fans de la primera y aquellos que simplemente quieran un buen rato de risas, sin trascendencia pero con un sentido del humor a prueba de bomba.
" Chicas malas" llega a los cines el 12 de enero.